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Notas

Contra el olvido

Frente a la «obediencia (familiar) debida», Historias Desobedientes rompe el silencio

La (¿falta de?) fuerza del derecho internacional

La regulación neoliberal de la protección de la inversión extranjera

El peligroso éxito del turismo

Identidades tóxicas y letales

El nuevo pacifismo militar

Acerinox: una huelga singular

¿Olvido digital o censura encubierta?

La espiral belicista de Europa y las izquierdas que no lo son

Fuera la extrema derecha de nuestros cuerpos: en Francia, en España, en Europa y en el mundo

Una panorámica del funcionamiento del Estado de prerrogativa policial en España

La mística de la productividad

Giulia Adinolfi Sellitti (Salerno, 1930-Barcelona, 1980)

Adoctrinando, que es gerundio

Política de guerra

Los dilemas de Sumar

Medidas legales que se pueden adoptar en relación con el comercio de armamento a Israel

Sequía, malestar rural y dependencias peligrosas

Móviles, ¡no! Hay alternativas

Victoria y derrota en Ucrania

En memoria de Juan Ramón Capella (1939-2024)

Luces y sombras del acuerdo europeo sobre la regulación de la inteligencia artificial

Europa, migraciones y democracia

Año nuevo con ajustes

El escándalo de ley electoral catalana

En memoria de Patricia Ferreira

Desigualdades y ecología

Sin tregua

«Genocidio» o la complejidad que cabe en cuatro sílabas

Pegarse un tiro en el pie

Palestina y la crisis de la democracia

El alumnado gitano en la escuela

Carta de la Redacción

Eleccionismo y estado democrático

«No quiero que se ría de mí»

El debate pendiente

De conquistas, privilegios y responsabilidades

Sin esperanza y sin desesperación

Coche, ecología y ciudad

En rumbo incierto

En manos de insensatos

Aniversario del golpe de Estado en Chile

Una búsqueda de perspectiva

Un debate en torno a la guerra

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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