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De otras fuentes

Coeducación para transformar

Ayuso, la dinamitera

La comunidad y lo común

Los cuerpos rotos de los empleos feminizados I: camareras de piso

Desigualdades climáticas, una nueva fuente de injusticia social

La renta básica universal ante los programas de rentas mínimas

La Unión Europea en la tormenta perfecta

Las razones y las emociones del futuro de hoy

El silencio bruto, la guerra «civilizada»

Los museos y nuestro pasado colonial

Michael Roberts: «Los beneficios empresariales son la principal contribución a la inflación»

En los márgenes

Resignados a una larga guerra

Millonarios contra la humanidad

La tumba mediterránea

Otros mapas de conflictos sindicales: luchas feministas en los márgenes del trabajo

El éxito chino determina la tensión militar

La lucha de clases antifranquista

Concertada a la fuerza: la «libertad» de Ayuso

El keynesianismo militar ruso

Solo sí es sí: violencias sexuales y prisión

Noviembre 2022: el cinismo toca techo

Pierde potencia el feminismo, crece la reacción

Dinámicas transformadoras y renovación de la izquierda

Caravaggio, ese luminoso rescate del comunismo italiano

Ayuso declara la guerra a la universidad

El realismo político de Nicolas Sartorius y la izquierda

El esperpéntico aumento del gasto militar de 2023

Más sobre los motivos de la guerra

Los años perdidos

Silenciar a los corderos: cómo funciona la propaganda

Una chaladura suicida

Un feminismo para desactivar la reacción

Debates para un antirracismo radical

La guerra se extiende

Un fracaso militar y un entierro

Sin impuestos no hay servicios públicos

¿Feminismo hegemónico o lobby político-académico prohibicionista?

Trabajadoras del hogar y cuidados: nuevos derechos, aunque insuficientes

La OTAN, la seguridad energética y la nueva guerra fría

Ayuso y el sheriff de Nottingham

Comemos todas o el gobernador al río

Memoria histórica y colonialismo

Giraud sobre Ucrania: "Negociación, o será destrucción total"

La nueva guerra de la OTAN y la gran secesión

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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