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Miguel Muñiz

El cambio de gobierno y la cuestión nuclear

El 2 de junio provocó recuerdos. El de ambiente político enrarecido tras un periodo asfixiante de gobierno del PP que mutaba en sensación de alivio al cambiar a PSOE. Vino a la memoria 2004, cuando el señor Zapatero ganó las elecciones subido en la ola de rechazo que provocó la desinformación del PP sobre el terrorismo del 11M. Entonces fueron las bombas, ahora son los jueces; y un nivel de corrupción agobiante, una putrefacción insoportable de la ética y la estética.

Al redactar este artículo, 22 días más tarde, la sensación de “revival” se reproduce: “El economista” se hace eco de la Jornada ‘Hacia un nuevo modelo energético para la empresa‘, realizada en Valencia el día 26 con el apoyo de Deloitte (empresa consultora que aparece detrás de muchos documentos que orientan a instituciones a la hora de tomar decisiones) y la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana. En esa Jornada la vicepresidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), María Fernández, ha invitado al nuevo gobierno “a reflexionar sobre la estrategia y medidas a adoptar en relación con la energía nuclear y el carbón y su potencial impacto sobre el sistema energético[1].

Para orientación general: la CNMC mantenía desde hacía meses un enfrentamiento con el ya ex ministro Nadal del PP, por un proyecto de decreto para intervenir desde el gobierno en la fijación de los “peajes eléctricos” (una de las variables que determinan el precio anual de la electricidad); una de las primeras medidas de la flamante ministra PSOE, Teresa Ribera, ha sido desactivar ese conflicto garantizando la exclusiva de la CNMC en la fijación de los “peajes”; por ello, y como premio a su buena voluntad, se les envía este aviso.

Y, vaya casualidad, el mismo día, Europa Press y la Agencia EFE difunden una carta de, agárrense, “economistas, ecologistas, científicos, defensores del medio ambiente…” en que alertan al nuevo Gobierno de que cerrar las nucleares disparará las emisiones de gases que provocan el cambio climático. La lista de firmantes incluye personas importantes y de trayectoria confusa: Michael Shellenberger, presidente de Environmental Progress; James Hansen, de la Universidad de Columbia; Kerry Emanuel, de la Universidad de Massachusetts; Steven Pinker, de Harvard; Gwyneth Cravens, autora de Energías para salvar el mundo; John Lavine, de la Universidad de Northwestern; Joe Lassiter, de Harvard; Mark Lynas, autor de Las especies de Dios (nota personal: toma ya); Erle C. Ellis, de la Universidad de Maryland; Steve Kirsch, consejero delegado de Token; Martin Lewis, de la Universidad de Stanford; Michelle Marvier, de la Universidad de Santa Clara; Norris McDonald, presidente de Esperanza Medioambiental y Justicia; Kirsty Gogan, directora ejecutiva de Energy for Humanity; Alan Medsker, coordinador de Environmental Progress; Richar Muller, de la Universidad de Berkeley; Tom Wigley, del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica; David W. Lea, de la Universidad de Santa Bárbara, etc.; de repente una parte de la élite intelectual de Estados Unidos manifiesta un gran interés por la política energética en España. ¿Qué poderes pueden convocar a semejantes personalidades en poco tiempo y hacerles firmar un documento? Basta considerar la trayectoria de James Hansen para entender la lógica [2].

Estos son sólo los primeros compases de la sinfonía que se avecina; la tregua ha durado exactamente 22 días.

El 5 de junio, el nombramiento de Teresa Ribera provocó la respuesta entusiástica del más mediático de los empresarios energéticos: el señor Sánchez Galán, presidente de IBERDROLA, realizó un mínimo de dos declaraciones elogiosas sobre la nueva ministra, algo poco habitual entre las élites que mandan. Conviene recordar que el señor Sánchez Galán ha discurseado alguna vez sobre cierre nuclear, pero siempre vinculándolo a la “rentabilidad” y la “bajada de impuestos”, y siempre guardando un calculado silencio sobre la nuclear de Cofrents, propiedad exclusiva de su empresa y que él que podría cerrar en cualquier momento dadas sus averías, con lo que sumaría contundencia y coherencia a su discurso innovador. Por ello, cabe preguntarse si el entusiasmo del señor Sánchez Galán es fruto de su empatía con las convicciones de la nueva ministra u obedece a la satisfacción que le provoca tener un interlocutor mucho más “razonable” en la negociación sobre la rebaja de impuestos que el correoso señor Nadal, dispuesto a cobrarse los favores de su partido a la industria nuclear. Y es que determinados elogios conviene valorarlos considerando su procedencia [3].

A lo largo de junio, el estribillo sobre el cierre nuclear volvió a sonar como en tiempos del presidente Zapatero y sus declaraciones “antinucleares”. Claro que, en 2009, pasó lo que pasó con Garoña. Más “revival”: si el 8 de junio la nueva ministra explicaba en detalle la necesidad de cerrar térmicas de carbón y nucleares, el 6 de junio (acabada de nombrar), un reportaje que citaba las fuentes de rigor servía para filtrar los matices de la posición del PSOE sobre la cuestión nuclear. ¿Si reaparecen posturas “zapateras”, aparecerá un nuevo Sebastián? [4].

La incertidumbre aumenta al compás del “bla, bla, bla”. Resumiendo: por encima de declaraciones y artículos de opinión, el cambio de gobierno ha supuesto tres cambios en el conflicto nuclear.

  • Un nuevo impulso a la retórica política sobre el final de la energía nuclear, sin concretar ni tiempos ni formas (¡qué lucidez la Hermann Scheer!). El día 13, la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital del Congreso reclamó por unanimidad al Gobierno un plan de desmantelamiento de las nucleares [5].
  • Una consolidación de la posición de IBERDROLA en las negociaciones sobre la reducción de impuestos para mantenerlas funcionando. IBERDROLA prefiere un PSOE contradictorio y confuso a un PP favorable a la energía atómica pero dispuesto a hacer valer su poder político.
  • Lo más positivo: el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) puede dejar de ser la delegación de la industria nuclear que es actualmente, lo que redundará en una mayor seguridad para la población por la mejora en la situación de los técnicos (recordemos el ASTECSN) que quieren desarrollar su trabajo de manera independiente, sin tener que ceder ante los directores de las centrales y los intereses empresariales que anteponen beneficios a seguridad [6].

En la resistencia social a la energía nuclear, el cambio de Gobierno ha supuesto un incremento de expectativas aunque, por desgracia, no hay pruebas de que se corresponda con la realidad. Predominan la confusión y las prisas. El equipo que coordina el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) se apresuró a emitir un comunicado de felicitación al nuevo presidente del Gobierno en que se incluyó un listado de reivindicaciones. Cuestión importante, se introdujo un significativo matiz en lo que ha sido la postura oficial de no renovar permisos de funcionamiento en 2020, 2021 y 2024, haciendo aparecer los “40 años”; un matiz que abre camino a la “negociación” y reduce una incómoda radicalidad [7].

El matiz del MIA tiene su correlato en el silencio de Unidos Podemos sobre la cuestión nuclear en sus contactos con el PSOE para tratar sobre su apoyo en política energética. Unidos Podemos es (¿era?) la única fuerza política que asumía la posición del MIA de no renovar los permisos. En paralelo, un documento de las cinco grandes organizaciones ambientales (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF y SEO/BirdLife) dirigido al nuevo Gobierno ha puesto en circulación el año 2025 como referencia para establecer “un calendario para el cierre de las centrales nucleares y el carbón [8].

Descoordinación creativa, se llama todo esto.

Por supuesto, tanto “los 40 años” como el “2025” eluden abordar el núcleo duro de la cuestión: la renovación previa de los permisos, y lo que ello supone de inicio de un gran negocio de cierre para la industria nuclear. Dada la voluntad del PSOE de gobernar hasta 2020, el conflicto nuclear se sitúa en un camino de salida pactada y, probablemente, generosamente remunerada para las eléctricas. Hay que valorar que en 2025 la central de Almaraz cumplirá 42 años de funcionamiento, lo que puede suponer un aval parcial tanto a la consigna del PSOE (los 40 años, o casi) como a la del MIA (cerrar Almaraz y todas las demás).

Balance de este primer mes de la nueva era: de aquí a 2019 se prevé un movimiento de posiciones en varios ejes; en la patronal nuclear, aprovechando la presencia de un nuevo gobierno en situación débil para presionar en sus reivindicaciónes de funcionar el máximo tiempo posible, o cobrar lo máximo por dejar de hacerlo [9]; en el Gobierno, para apuntarse una medalla de vanguardia en la “descarbonización” ante la EU; en las grandes eléctricas (Enel-Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Fenosa), compitiendo entre ellas para dar el salto definitivo hacia los negocios internacionales [10]; en las organizaciones ecologistas con presencia en toda España, para avanzar en el reconocimiento institucional de su función, formando parte de una negociación con las élites políticas, o de algo que se le parezca.

Los conflictos entre las élites y quiénes aspiran a participar con ellas se multiplican, la patronal eléctrica se reorganiza, Gas Natural pasa a llamarse Naturgy, y presenta sus planes estratégicos en Londres, no en Barcelona, ni en Madrid.

Y las capas subalternas de la sociedad continúan comprobando que todo lo que parecía sólido se desvanece en el aire, excepto la contaminación radiactiva, la inseguridad, el saqueo de los bienes públicos, la explotación…

 

Notas

[1] Ver http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/9235314/06/18/La-CNMC-cree-que-cerrar-carbon-y-nucleares-hara-subir-el-precio-de-la-luz.html

[2] En http://www.lavanguardia.com/vida/20180626/45417547985/economia–ecologistas-y-cientificos-alertan-al-gobierno-de-que-cerrar-las-nucleares-disparara-las-emisiones-y-el-precio.html

[3] 16/06/2018
http://www.expansion.com/empresas/energia/2018/06/16/5b25267f22601dc82b8b461a.html
Sánchez Galán (Iberdrola) ve con buenos ojos a la nueva ministra Teresa Ribera.

[4] Declaraciones de Teresa Ribera: http://www.europapress.es/sociedad/medio-ambiente-00647/noticia-ribera-apostara-derogar-impuesto-sol-poner-punto-final-nucleares-carbon-no-tiene-futuro-20180608141605.html

La “fuentes”, esas “fuentes” https://www.elindependiente.com/economia/2018/06/06/el-nuevo-gobierno-escalona-el-apagon-nuclear-y-centrales-mas-de-40-anos/

[5] El Congreso en su totalidad pide un plan de desmantelamiento de las nucleares. https://www.20minutos.es/noticia/3366977/0/unanimidad-congreso-para-pedir-plan-desmantelamiento-nucleares-soluciones-urgentes-para-silo/

[6] https://www.elindependiente.com/economia/2018/06/05/el-cambio-de-gobierno-abre-la-batalla-por-controlar-la-cupula-del-consejo-de-seguridad-nuclear/?resumee=off y, además, el nefasto presidente del CSN, señor Martí Scharfhausen, ha recibido la notificación de que no se cuenta con él para un segundo mandato cuando, el 28 de diciembre, finalice el actual.

[7] “El MIA defiende como opción más sensata el cierre escalonado de centrales según vayan expirando sus permisos de explotación. Pero en ningún caso ningún reactor debe funcionar más allá de los 40 años.” En http://www.accionenredmadrid.org/comunicado-del-mia-ante-la-eleccion-de-pedro-sanchez-como-presidente-del-gobierno/ o https://movimientoibericoantinuclear.com/2018/06/01/ante-la-eleccion-de-pedro-sanchez/

[8] 16/06/2018. https://elperiodicodelaenergia.com/podemos-exige-al-psoe-la-derogacion-del-impuesto-al-sol-pero-no-el-cierre-nuclear-para-mantener-la-estabilidad-en-el-gobierno/

Punto 7. Nuevo Modelo Energético. En https://www.ecologistasenaccion.org/?p=88088 

[9] Las eléctricas creen que sus propios residuos obligan a retrasar el apagón nuclear a 2045. https://www.elindependiente.com/economia/2018/05/23/las-nucleares-creen-que-la-basura-atomica-forzara-al-gobierno-a-retrasar-el-apagon-total-centrales-hasta-2045/

ENRESA calcula el déficit del fondo de gestión de residuos.
https://www.elindependiente.com/economia/2018/05/02/gobierno-agujero-3000-millones-amplia-vida-nucleares/

[10] 25/06/2018. Unesa cambia su nombre por el de AELEC en medio de una crisis interna. https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/06/22/companias/1529690494_189288.html

27/06/2018 http://www.europapress.es/economia/noticia-nueva-gas-natural-fenosa-francisco-reynes-pasara-denominarse-naturgy-20180627125226.html

 

[Miguel Muñiz Gutiérrez es miembro de Tanquem Les Nuclears–100% RENOVABLES, del Col·lectiu 2020 LLIURE DE NUCLEARS y del Moviment Ibèric Antinuclear a Catalunya. Mantiene la página de divulgación energética www.sirenovablesnuclearno.org]


29 /

6 /

2018

La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.

Noam Chomsky
The Precipice (2021)

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