Sabíamos que las bibliotecas están llenas de tratados de ciencia política que, pese a sus diferentes tendencias, coinciden en considerar oro de ley el dictum aristotélico según el cual «para ser humano hay que tener polis». Lo que faltan son estantes que recojan lo que han dicho y pensado quienes se sitúan al margen y son marginados, ya por convicción, ya por imposición.
Ossip Mandelstam
El poema sobre Stalin
Vivimos sin notar la tierra bajo nuestros pies,
nuestras voces a diez pasos no se oyen.
Pero cuando a medias a hablar nos atrevemos
sale siempre el montañés del Kremlin.
Sus gruesos dedos son como gusanos sebosos,
como pesas macizas las palabras de su boca caen.
Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha
y relucen brillantes las cañas de sus botas.
Una chusma de jefes de cuello blanco le rodea,
infrahombres con los que se divierte y juega.
Uno silba, otro maúlla, otro gime,
pero solo él parlotea y dictamina.
Forja ukase tras ukase como herraduras,
a uno en la ingle golpea, a otro en la frente,
en el ojo, en la ceja,
Y cada ejecución es un bendito don
que regocija el pecho del oseta.
28 /
9 /
2018