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La Biblioteca de Babel

Antonio B. el Ruso, ciudadano de tercera

Violencia de género y respuesta integral

Seis conferencias

Gomorra

El devenir del sindicalismo y la cuestión juvenil

Los vagabundos de la cosecha

El militarismo en España

Indagaciones sobre la ciudadanía. Transformaciones en la era global.

Lecturas de filosofía moderna y contemporánea

El mono que llevamos dentro

Supermercados, no gracias

Los pasos (in)visibles de la prostitución

La tierra de la gran promesa

Democracia y relativismo. Debate con el MAUSS

La dimissione

Obras completas y algo +, vol. I (1935-1972)

El revés del derecho

Poderes emergentes en Asia. Rupturas y continuidades en la economía-mundo (II)

La muerte de la esperanza

Una nación conservadora. El poder de la derecha en Estados Unidos

Moviéndose por la paz. De Pax Christi a las movilizaciones contra la guerra

Entrada en la barbarie

Me llamo Rojo

La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington

Moviéndose por la paz. De Pax Christi a las movilizaciones contra la guerra / Mujeres en pie de paz. Pensamiento y prácticas

Aquí nos vemos

Memoria del futuro, 1931-2006

Revista Sin Permiso. República y socialismo también para el siglo XXI

¿Adónde va el comercio justo? Modelos y experiencias

El ministerio del dolor

Los costes sociales de la empresa privada [antología]

Movimientos obreros de hoy

La izquierda verde

Europa soberana. La Constitución de la Unión entre guerra y derechos

La gran guerra por la civilización

Ecocidio

Los ciudadanos siervos

La razón y la sinrazón. Introducción a una historia social del librepensamiento

El nuevo rostro del capitalismo. Rupturas y continuidades en la economía-mundo (I)

23F, la verdad

La protección de los bienes comunes de la humanidad

Mutaciones del Leviatán

La transformación de la sociedad salarial y la centralidad del trabajo

Confesiones de un gángster económico. La cara oculta del imperialismo americano

Los contornos del declive

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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