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Notas

Estafa

Una modesta proposición para pedir la dimisión del gobernador del Banco de España

Cuaderno de crisis / 12

Mercantilización y politización del deporte

Los premios “Príncipe de Asturias”

La reforma sanitaria en EE.UU. Un futuro incierto

Woorking poor, working rich

Cuaderno de crisis / 11

El affaire Millet: ¿corrupción a la catalana?

Maestros y discípulos de torturadores que enseñan a sus maestros

Cuaderno de crisis / 10

Las mentiras del G-20

En telegrama

Por qué no pude aceptar un premio

¿Educación inclusiva o cicatería social?

Bases USA en Colombia

Cuaderno de crisis / 9

En defensa del juez Garzón

El esfuerzo y la clase social

Víctimas del terrorismo y víctimas de los terrorismos

Manifiestos

Cuaderno de crisis / 8

Catalunya: educación con clase

Manifiesto en apoyo a la jurisdicción universal

Comunicado acerca de la introducción de limitaciones en el principio de jurisdicción universal

Cuaderno de crisis / 7

La crisis y el crédito

Al margen

Cuaderno de crisis / 6

¿Por qué ahora ellos?

Crisis y corrupción en EADS

Cuaderno de crisis / 5

Cuestiones boloñesas

Misión de la Universidad (según el Ministerio)

Penas de cárcel y rescates de miles de millones: Enron, Citigroup y otras historias

Apropiación de un holocausto

La especulación en el París del Segundo Imperio

Días de diario

Crisis económica, crisis ecológica y el resurgimiento del keynesianismo

Cuaderno de crisis / 4

ZP y la venta de armas a Israel

Gaza en los medios de comunicación

Cuaderno de crisis / 3

La crisis universitaria y Bolonia (II)

Crónica desde Belém sobre el Foro Social Mundial

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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