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Notas

Investigación

Cooperativismo

No recapitalizarás la banca condenada

La ciudadanía indignada es el comienzo de la solución

Yo estudié en la pública

Comentarios prepolíticos: 9

Cuaderno de depresión: 10

Observatorio de Salud: 4

Han roto la baraja

Urge recambio

En la universidad hay cosas que pasan antes. Apuntes para debates necesarios sobre democracia, contestación y movimiento universitario

"Apocalypse Now" y Esperanza Aguirre

Mayo, el mes del 15M

El fraude fiscal en España

Diez normas elementales para la dirección de un servicio residencial

Cuaderno de depresión: 9

Enric Juliana, los anarcoitalianos y el catalán "assenyat"

Comentarios prepolíticos: 8

Observatorio de Salud: 3

Percepciones y realidades sobre la crisis y la inmigración

Apuntes para un "Libro de la Selva Política"

Laicismo es libertad...

Responsabilidad política

Mayo del 37 y la izquierda: ayer y hoy

Resolver la crisis a golpe de detención

Dilemas después del 29-M

Cuaderno de depresión: 8

La Huelga General del 29-M: un nuevo escenario social

Eléctricas: ¿déficit de tarifa o déficit de vergüenza?

Petróleo por las nubes y tasas climáticas: la aviación turística, en caída libre

Mitos y mentiras sobre los sindicatos

8 de marzo, convalidación de la Reforma Laboral y los derechos de la mujer trabajadora

Robar el futuro

Una reforma del mercado laboral para situar a España en la periferia de Europa

La burbuja de las armas

Invierno seco

El precio de la energía y la política energética

Miedo a morir

Comentarios prepolíticos: 7

Cuaderno de depresión: 7

La contrarreforma laboral: contexto, contenido, efectos, justificación y respuestas

Centenario

Golpe de estado social

La cocina

Ciudadanía y falsos debates

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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