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Notas

Derechos 0 - Beneficencia 1

Hacia un bloque político y social. Algunas insuficiencias

El euro o la vida

Universidad Complutense: relato de un discurso vacío

Financiarización: involución social

Cuaderno de depresión: 19

¿Y si también quebraran los paraísos fiscales?

El proceso de unidad comunista en Cataluña: limando los extremos

Desahucios: el drama de una gran estafa

Comentarios prepolíticos: 14

Cuaderno de depresión: 18

El mercado de las certificaciones: las empresas certificadoras y la universidad

¿Pagan impuestos las grandes corporaciones?

¿Hacia un derecho policial del enemigo?

¿Anécdota o síntoma?

La novela femenil y sus lectrices o la perversión de la crítica literaria en España

Hacia unas cortes constituyentes

Rosa Rossi: la discreta sabiduría

En la muerte de Rosa Rossi

El donante de fundamentos

Razones para no firmar el manifiesto “Cataluña por la seguridad humana y la paz"

Huelga de limpieza: trabajadoras invisibles, trabajos básicos para la vida

Meridiano de género: 3

Cuaderno de depresión: 17

El gobierno contra el poder judicial

La cooperación desde abajo: base sociopolítica de la convivencia humana

La Gauche Divine como precursora del postmodernismo

Delitos de lesa humanidad

No todo está perdido

Breves apuntes para una crónica del X Congreso de la Comisión obrera nacional de Cataluña (CCOO)

Cuaderno de depresión: 16

Nota crítica sobre el Anteproyecto de Ley Orgánica de reforma del Código Penal español

El suicidio y los suicidios: ante la catástrofe

Qualcuno era comunista?

EL año de las mareas

Sobre Hacienda y la nueva tributación del mundo del juego

Meridiano de género: 2

El pasado (republicano) que vuelve, el futuro posible

Cuaderno de depresión: 15

Comentarios prepolíticos: 12

El futuro del ‘file sharing’ a corto plazo

La inmersión lingüística en Cataluña y los derechos de los ciudadanos

Observatorio de Salud: 8

Apostillas postelectorales

La red global de control corporativo

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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