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Notas

El esperpento de un referéndum y otras miserias

El cáncer: experiencias, mitos y tópicos

Cien años de oposición a la guerra

El país de las desigualdades

Elecciones municipales y candidaturas de ruptura. Algunos elementos de reflexión

La energía nuclear civil, tan peligrosa como la militar: 4

Pasolini, sin herederos

Podemos y la superación del eje izquierda/derecha

Caso Pujol: interés privado y gestión pública

Nubes de verano: La austeridad neoliberal amenaza con más sufrimiento 

Ataques al derecho de huelga

Ciudadanía activa: análisis del conflicto social

El caso del cómic culinario Oishinbo, un síntoma del estado de la democracia en Japón

La energía nuclear civil, tan peligrosa como la militar: 3

Terror ante las elecciones municipales

Represión penal y derecho de manifestación

Guanyem Barcelona

Criminalidad, economía y política

Desnacionalizar para exterminar

La energía nuclear civil, tan peligrosa como la militar: 2

Recuento y perspectiva

Ideologías de señoritos y males colectivos

Syriza a la española: dilemas y oportunidades

Sobre las europeas, telegráficamente

La energía nuclear civil, tan peligrosa como la militar: 1

Paisaje después de las urnas

Apuntes subjetivos sobre la cuestión catalana

¿Por qué no tender la mano a la crítica de la Copa del Mundo?

La crisis, el neoliberalismo y los servicios públicos

Europa, ¿democracia o imperio?

A propósito de las movilizaciones de Madrid contra la privatización sanitaria

Preguntas ante un televisor

De Bretton Woods al euro: el orden monetario del Capital

Del “modelo Barcelona” a la “marca Barcelona”: la devaluación competitiva de lo urbano

Juegos de fulleros: de reformas fiscales y concertación social

Sobre la violencia en la marcha de la Dignidad

Sobre la campaña publicitaria de los obispos en relación con el IRPF de 2012, declarado en 2013

Capas y clases sociales en Cataluña

Más allá del europeísmo crítico

Reflexiones de urgencia sobre el 22-M

Una información sobre Venezuela

El 11-M, el PP y una multitud de perdices mareadas

Ucraniana

Las trampas de la I+D militar

Fukushima y las circunstancias que han rodeado la elección del gobernador de Tokio

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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