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Notas

Encíclica Laudato sí

¿Momento decisivo?

El fondo y las formas: viejas y nuevas políticas

Grecia, Syriza y la cuestión militar

Energía atómica: el conflicto de las bajas dosis (2)

Menos Laclau y más Togliatti

Manuel Ramón Alarcón, in memoriam

La primera derrota de Matteo Renzi

Los independentistas catalanes y el artículo 135

Más allá de la primavera democrática

Energía atómica: el conflicto de las bajas dosis (1)

¿Plebiscitarias?

¿Una recuperación sólida?

Culpabilizar a la víctima: paro, dualidad y mercado laboral

Agenda nuclear local: 60 años; agenda antinuclear local: no definida

Breve apunte sobre la Ley Orgánica 2/2015 de reforma del Código Penal en materia de delitos de terrorismo

Camarera de piso, un trabajo cada vez más precario

La tarde más triste: el compañero Bahia asesinado

Salir o no salir: ¿ésta es la cuestión?

Armenia: la importancia de llamarlo genocidio

Vientos de guerra

Nesterenko, Bandajevski, Bielorrusia, Chernóbil, 29 años

El 3+2 no es una táctica deportiva

La izquierda tras las elecciones andaluzas

Banco Madrid: un banco pequeño de un país pequeño o un ejemplo de paraíso fiscal y puertas giratorias

Los hombres ante la prostitución

Debatir sin tergiversar

El futuro = nuclear + renovables

Estados del ánimo

Fe de errores

2015, las dos aguas de Fukushima

Grecia y la nueva política

¿Moverse hacia dónde?

¿Quién teme a la deuda griega?

Guía sencilla para entender la “lista Falciani"

Carta de la Redacción

Podemos no es antipluralista

La educación y los privilegiados

Una vergüenza

Los tratados internacionales que se avecinan contra los derechos de la clase trabajadora (II): TISA

Grecia y Draghi, ¿dos rupturas?

Sobre victorias, pactos y acción política cotidiana

Cuatro reflexiones a propósito de los atentados de París

El silencio atómico

La lógica del populismo

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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