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De otras fuentes

La revolución que reinventó el mundo

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La destrucció dels nostres drets socials

Europa hostil, refugiados sin derechos

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Trabajar para ser pobres

Notícies d'un president esquizofrènic

Entrevista a Emmanuel Todd

La esperanza es siempre una victoria

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Salud mental en una sociedad neoliberal

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Entrevista a Luis Alegre

El retorno de los mitos franquistas

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Preguntas sobre un presidente atípico

Los primeros 75 días de Trump en la Casa Blanca y mucho más

Los peces de este abril

Macron: la engañosa victoria que tranquiliza

¿Qué está pasando en Siria?

Cap a la tercera guerra mundial?

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Paseo sentimental en rojo

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Catalunya esconde la ley de ruptura para evitar el recurso de Rajoy

Restauración: la trama mandó parar

Grecia en el olvido

La igualdad empieza en nosotras

¿Es el choque de trenes una fatalidad?

Crónicas del país de Anna Frank

La amenaza del «Deep State»

La nova dreta independentista catalana

Propuestas para un pacto educativo

Conversación con Noam Chomsky

Crisis constitucional e imaginación

Adiós, Unión Europea

Ha llegado el circo “PISA”

Entrevista a Susan George de ATTAC

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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