Skip to content

De otras fuentes

La objeción de conciencia en la Constitución del 78

Escándalos constitucionales con las pensiones

Educar contra la paz

La aniquilación de Yemen

¿Pacto educativo o trampa contra la educación pública?

La muerte de un mantero

Todos somos Ana Julia Quezada

Una enseñanza transformadora: actualidad de «Carta a una maestra»

Las lenguas en el sistema constitucional

Ambigüedad en la jefatura del Estado

Jaume Botey, radicalment compromès amb les persones des dels marges

La demonización de la clase obrera catalana

Pensionistas rodeando el Congreso

Manipulación o reinserción

La segregación escolar o el techo de cristal de los chicos de la clase obrera

Un sistema electoral deficiente

Errantes sin derechos. Carne de esclavos

El rey en Davos: una vergüenza nacional

La ecología en la Constitución

Por qué las clases populares no votan a la izquierda y qué hacer para conseguirlo

El desahucio de una familia

La despedida de un profesor

Cómo se llegó a la Constitución de 1978

No queda margen para más astucia

La disolución de la URSS

Un poder Judicial no enteramente independiente

Abominable moción de censura "constructiva"

¿Por qué se precariza el trabajo turístico?

Un 'banderón' de humo

A cien años de la Revolución Rusa. El problema del pasado es que no pasa

Ciudadanía, nacionalidad, vecindad

Nadie hablará de nosotros mientras el conflicto de Cataluña lo eclipse todo

Catalunya será otro mazazo electoral para Unidos Podemos

Por un derecho consensuado de libre determinación en una España federal

Un momento hobbesiano

Entrevista a Josep Fontana

Hagamos un referéndum constitucional en Cataluña y en toda España

Las urnas, las leyes y viceversa

La cuestión catalana "hacia dentro"

La religión en mi escuela y mi alumno Mohamed

Entrevista a Ángel Cappa

La izquierda española ante la globalización

La lista de clase

¿Y si ponemos el terrorismo en perspectiva?

Llamazares y la honestidad política

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

+