No parece que tengamos que detallar mucho las razones para emprender una aventura como la de esta revista electrónica que dedicará su atención a asuntos de la vida cultural, social y política. Puede ser más esclarecedor declarar un propósito: olvidos.es pretende hablar, desde una racionalidad tranquila, de los muchos resultados positivos del trabajo de gente que hace cosas, que mantiene un esfuerzo de lucidez, creación y respuesta en un medio como el actual, presidido por la fanatización, la banalización y el cinismo más o menos olímpico. Una de las consecuencias más desagradables y desastrosas de la espectacularización en la que vivimos es precisamente la invisibilidad de todo aquello que puede significar un punto de referencia, una llamada de atención o, por lo menos, un estímulo. Pues bien, de eso se trata: de dar la voz, o de recuperarla en su caso, a los esfuerzos por mantener la tensión de una actividad ilustrada a la altura de nuestro tiempo, empezando por la crítica del presente, la denuncia de la indecencia que ha ocupado y secuestrado el espacio público en una cruzada verdaderamente universal por la aniquilación de cualquier resto de vida inteligente.
¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.