La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
El Lobo Feroz
Cajón Desastre
Pequeño apunte
La constitución española y el sistema político están necesitados de reforma. El sistema del bipartidismo imperfecto no funciona. Conviene recordar las circunstancias en que se hizo esa constitución: una situación internacional de guerra fría que ya no existe; amenazas de un «partido militar» que pretendía implantar un franquismo sin Franco; constitución hecha por un parlamento surgido de unas elecciones que no se presentaron como constituyentes ante el pueblo; y elecciones con pocas semanas de libertad política antes de que se celebraran, tras casi cuarenta años de dictadura, y con la gente todavía con el miedo en el cuerpo. Con algunos de los partidos más importantes de entonces que no existen ya.
Aprobada popularmente, claro es, porque devolvía las libertades fundamentales.
Hay varias generaciones de ciudadanos que nunca han podido opinar políticamente acerca de la Constitución que cada día se les recuerda —¿se les refriega?— oficialmente. Y que ni siquiera pueden influir en una reforma constitucional, que sería lo propio de un sistema político democrático.
Preguntémonos para qué sirven, en concreto, nuestra libertades políticas: hasta dónde llegan. Siendo fundamentales para todos, sin embargo se ejercitan en un sistema mudo para lo que podemos esperar.
Los patriotas
En el momento en que los especuladores se lanzan, país por país, para asegurarse ganancias haciendo caer las bolsas, y logrando cantidades ingentes de dinero con la deuda pública de los estados en la crisis, esto es, cuando las políticas neoliberales han puesto en manos de los especuladores que agigantaron esa misma crisis cantidades enormes de dinero público, en ese momento, justamente, llegan los patriotas del PP para decir que las cuentas públicas españolas no son claras, que la economía española está desgobernada y que hay que recortar más los derechos sociales de los trabajadores españoles. Los patriotas aliados a los especuladores.
No debería sorprendernos demasiado: hay numerosísimos patriotas electos procesados por llenarse los bolsillos de dinero público: en Madrid, Baleares, Castellón, Valencia, Alicante, Castilla-León… Todos recibiendo votos de los que están encantados de vivir en dinero negro.
El comodín
Al Qaeda, al parecer, se ha convertido en una gigantesca organización terrorista mundial. Los del Polisario, según Marruecos, obtienen algo de Al Qaeda. Los secuestradores subsaharianos de civiles occidentales son, según se dice, de Al Qaeda. En Pakistán los aviones norteamericanos machacan viviendas donde se supone que hay gente de Al Qaeda. Al Qaeda estaría detrás de los palestinos, y en Iraq (donde no había nada de eso antes de la guerra), y de los atentados en estados de Oceanía, en el cuerno de África, en los propios Estados Unidos. El gobierno español se pliega a Marruecos porque sus delicados gobernantes nos protegen de Al Qaeda.
Con la mirada para otra parte de Obama, el ex-presidente Bush se congratula de haber ordenado torturas, y los miembros de su gobierno también, «para salvar vidas humanas» —en riesgo de atentado según estos virtuosos especialistas en decir la verdad—. Todos estamos vigilados —nuestros pasos, nuestras compras, nuestro correo electrónico, nuestros telefonillos— para nuestra seguridad. La Otan se apresta a ejercer su radio de acción militar prácticamente a todo el orbe precisamente para combatir el terrorismo de Al Qaeda.
Seguro que hay terroristas enloquecidos que se reclaman de unas siglas, Al Qaeda, que se han prestigiado entre mucha gente del mundo desdichado por contraponerse a las acciones de los ejércitos de los ricos.
Pero el Lobo es por esencia desconfiado y no se lo cree todo. Al Qaeda parece más bien el comodín que necesitaban Estados Unidos y la Otan para controlar poblaciones, desplegar ejércitos, instalar bases militares y asegurarse el futuro suministro de petróleo.
Para el Lobo, para luchar contra el terrorismo basta con la policía. Y si no, que lo demuestren, no que lo prediquen.
Wikileaks, 1
Al Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, y al anterior, el de Aznar, se les debería caer la cara de vergüenza. Haciendo de palanganeros de los norteamericanos para que no se establezcan las responsabilidades penales por el asesinato del periodista Couso en Iraq. Ya sabéis: se toma a un funcionario, se le nombra cargo político, y ya está dispuesto a todo.
En las Facultades de Derecho deberían enseñar empleando el llamado método del caso. Y explicar caso por caso. Éste de Couso, por ejemplo, es de manual.
Wikileaks va a dar juego sobre la verdadera cara de las administraciones norteamericanas, del amigo americano. El Lobo empieza a dudar hasta de Franklin Delano Roosevelt.
Elecciones catalanas
A buenas horas se le ocurrió a Maragall que quería un nuevo Estatut.
—Noviembre 2010
12 /
2010