La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
El banco
Deusto,
Barcelona,
264 págs.
Carles Mercadal
Alessio Rastani, “broker independiente” afincado en Londres (aunque las deudas que ha reconocido acumular no invitan a deducir que sea un tiburón de las finanzas excesivamente agraciado en la selección natural de las especies financieras), obtuvo unos minutos de gloria mundial la última semana del pasado mes de septiembre cuando, entrevistado por la BBC, profirió numerosas perlas sobre sus ansias patológicas por aprovecharse personalmente de la actual crisis económica y otras lindezas por todos ya conocidas. No cabe duda de que Rastani —paródico hasta el punto de ser confundido en un principio con alguno de los bufonescos personajes creados por los Yes Men— se mereció la retahíla de descalificaciones que recibió por parte de mucha gente a raíz de sus comentarios y su actitud prepotentes, en lo que fue una demostración palmaria de cuál es el modus operandi de la mayoría de sus colegas de profesión. Sin embargo, y al margen de dejar retratados a los anónimos burócratas de ese ente insondable e insaciable que ha venido en llamarse “los mercados”, a Alessio Rastani no podemos dejar de reconocerle una sinceridad ciertamente inhabitual que ha desembocado en la enunciación de varias verdades como puños, entre ellas la tremebunda y categórica “Goldman Sachs gobierna el mundo”.
Al hilo de esto último, y para desmentir razonadamente a quienes se han apresurado raudamente a calificar de “locuras” propias de un “charlatán” todo lo dicho por Rastani, nada mejor que recomendar la lectura de El banco, del periodista francés Marc Roche. Roche, corresponsal de Le Monde en Londres y colaborador de otros medios poco sospechosos, se propuso en 2008 investigar las andanzas planetarias de Goldman Sachs, el mayor banco de inversiones del mundo, después de comprobar que esas dos palabras aparecían recurrentemente en las noticias sobre las entidades financieras causantes de la peor crisis desde la Gran Depresión. El resultado: un libro excelente y muy bien documentado, ganador en 2010 del Prix du Livre d’Économie en Francia, que desgrana las diferentes actividades fraudulentas de este banco, desde su participación en la burbuja de las hipotecas subprime hasta la ocultación de la deuda griega a cambio de cuantiosas comisiones (y eso son sólo las guindas del pastel, pues Roche rastrea la trayectoria de Goldman Sachs desde su fundación en 1869).
Así que ya sabe, señora ministra, Alessio Rastani será un “loco” y un “inmoral”, pero tampoco va tan desencaminado. Pregúnteselo si no a su colega Mario Draghi, el próximo presidente del Banco Central Europeo, quien, casualidades de la vida, trabajó cuatro años para Goldman Sachs.
10 /
2011