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Barcelona, anys blaus. El governador Correa Veglison: poder i política franquistes (1940-1945)

Flor del Viento,

Barcelona,

448 págs.

Lluís Úbeda

Mucho más que una biografía del máximo representante a nivel provincial del poder “azul” que dominaba el escenario político español durante el periodo 1940-1945, este trabajo enlaza la trayectoria política y personal del gobernador civil de Barcelona, Antonio Correa Veglison, con el continuismo propio de unos poderes locales barceloneses y su capacidad de adaptarse y de beneficiarse de la nueva realidad de la sociedad catalana inmersa, en su gran mayoría, en una dura posguerra y durante el momento de mayor influencia de los sectores más proclives a los países nazi-fascistas.

Con un sólido y contrastado tratamiento de las fuentes, y a partir de un profundo conocimiento del contexto histórico debido, en gran parte, a sus investigaciones anteriores sobre el campo catalán de posguerra y la edición del dietario del barón d’Esponellà uno de los máximos representantes del nuevo poder agrario y colaborador de Correa , el autor consigue darnos una amplia visión que abarca, entre otros, la historia institucional, la historia política y la historia social, además de trazarnos un retrato vital del personaje central motivo de este renovador estudio biográfico, del cual se desprenden el resto de figuras clave alrededor de los círculos de poder provincial y regional.

Esta obra analiza el rol jugado por la burguesía catalana y su capacidad de perpetuarse y de proyectar también un modelo de Cataluña española y, a la vez, es un fresco de una época en que la escasez de muchos era para otros la posibilidad de seguir haciendo en connivencia con un sistema basado en la corrupción generalizada sus beneficiosos negocios y de seguir ejerciendo su dominio utilizando en su provecho las estructuras del régimen y, más concretamente, la plataforma del gobierno civil de Barcelona.

 

30 /

8 /

2011

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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