La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Las cenizas de Gramsci - Escritos corsarios - Cartas luteranas
Antonio Giménez Merino
Las cenizas de Gramsci
Trad. de Stéphanie Ameri y Juan Carlos Abril
Visor, Madrid, 2009, 328 páginas, 16 €.
Escritos corsarios
Trad. de Juan Vivanco Gefaell
Eds. del Oriente y del Mediterráneo, 2009, 304 págs., 18 € .
Cartas luteranas
Trad. de Josep Torrell, Antonio Giménez Merino y Juan Ramón Capella
Minima Trotta, Madrid, 2010, 192 págs., 13 €.
Felizmente, en un escaso margen de tiempo han sido publicadas en castellano tres de las principales obras del grueso legado literario y ensayístico de Pier Paolo Pasolini (1922-1975): por un lado el conjunto de poemas escrito entre 1951 y 1957 que compone Las cenizas de Gramsci(en edición bilingüe y con una traducción mejorada respecto a la de 1975, también en la colección Visor de Poesía); por otro lado dos conjuntos de ensayos publicados entre 1973 y 1975 en Il Corriere Della Sera y enTempo, reunidos en los Escritos corsarios y las Cartas luteranas.
El joven Pasolini halló en Gramsci un entendimiento cultural profundo de los grandes sistemas de creencias de la tradición, dotando así de profundidad moral y sentido social a su primitiva empatía hacia las clases populares y su cultura. No es extraño pues que en los versos de “Las cenizas de Gramsci”, que da nombre al poemario, se dirija al espíritu del autor sardo para tratar de comprender qué está sucediendo y qué debe hacerse con la incipiente destrucción de la cultura popular en una Italia en rápida expansión económica. Las personas y los paisajes evocados en el libro expresan un hondo sentimiento de amor hacia ellos, pero matizado por un sentido paralelo de alejamiento. Pasolini anuncia por vez primera su luego recurrente idea de un fin de época por la unificación entre las expectativas de las clases populares y las de las clases propietarias.
El progresivo sentimiento de extrañación de Pasolini respecto al mundo de las clases populares se manifiesta en toda su amplitud en LosEscritos corsarios y en las Cartas luteranas. En estos textos de mediados de los años setenta (y éste es un dato importante, puesto que sitúa en el tiempo la condición sociológica de la restauración conservadora que tendría lugar tras la muerte del poeta) se constata la destrucción del paisaje y de la cultura popular que en Las cenizas todavía contituían una “geografía sentimental” pasoliniana.
Con una escritura muy comunicativa, apoyada en poderosas metáforas sociales y rica en matices con los que explorar las contradicciones que caracterizan un proceso de cambio cultural global, los artículos reunidos en estos libros retratan un Poder omnímodo, políticamente anestesiante, cuya fuerza recae en su capacidad de hallar adhesión social. Pese a ello, Pasolini reafirmó hasta el final su idealidad comunista, mostrando que no es posible enfrentarse a la idea pragmática de considerar la realidad presente como la única posible sin mantener unacreencia sincera (la fe) en la posibilidad de un proyecto de transformación social y sin hacer lo posible por mantener en pie el puente que une a unas generaciones con otras.
6 /
2010