¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Mañana no será lo que Dios quiera
Alfaguara,
Madrid,
421 págs.
Antonio Giménez Merino
De la honda amistad entre dos grandes poetas nace esta hermosa reconstrucción novelada de las raíces familiares y de los años de formación de Ángel González (1925-2008) a cargo de Luis García Montero. Éste devuelve a la vida —en un ejercicio de primera magnitud sobre un aspecto que atraviesa la obra de ambos autores, el valor social de la literatura— los personajes y las circunstancias encerrados en los papeles amarilleados de una “carpeta azul”, puerta de entrada a un universo sentimental y moral marcado por la guerra civil. A contracorriente de nuestro tiempo histórico García Montero recrea en este inolvidable relato la existencia de “muertos de muerte imposible”, personas inquebrantablemente unidas a nuestro ser interior, voces siempre prestas a susurrarnos al oído a las que es obligado prestar atención.
9 /
2009