La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Memorias de un hombre perdido
Debate,
Madrid,
J.-R. C.
Los libros autobiográficos veraces —no lo son todos; muchos son autojustificaciones y callan más que hablan o muestran superficies, exterioridades— resultan ventanas abiertas a experiencias vitales otras, compañías íntimas para el lector. Este magnífico libro de Antonio Ferres encaja en lo mejor del género. La autocomplacencia le es ajena. Y el mundo que ha vivido Ferres —uno de los protagonistas del realismo social de la literatura española de los años cincuenta y principios de los sesenta, corriente que debe ser reevaluada por su continuidad con un filón grande de nuestra tradición artística— es el de la ignominia de la derrota republicana y la formación de la resistencia activa al franquismo. Ferres es el rigor frente al falso cosmopolitismo literario, la indomable honradez de los vencidos que no claudicaron, la comunidad con el exilio y con las gentes trabajadoras. Imprescindible para quienes no aceptan el robo de nuestra propia historia. Maravillosamente escrito.
9 /
2003