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José Manuel Barreal San Martín

Juana la Loca e IU

Al hilo del artículo de Juan Ramón Capella “IU en invierno”, publicado en el último mientrastanto.e, están entrando en el debate algunas personas en tono discrepante.

Tanto el artículo mencionado como los discrepantes me animaron a escribir el presente trabajo. El título resultará algo extraño. Pero, si se sigue leyendo, veremos que no lo es tanto por las similitudes que intentaré exponer.

Es sabido que Juana I de Castilla, más conocida por Juana la Loca, estuvo muchos años velando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso, del que “bastó con que se miraran a los ojos para que aflorase una pasión irrefrenable”. Necesitaba que los monjes abrieran el ataúd para acariciar a su marido. Le aterraba pensar que podrían llevar el cadáver de Felipe a Flandes, y necesitaba constatar a diario que el cuerpo seguía estando allí.

También IU arrastra un cadáver: el PCE. Al igual que a Juana I de Castilla y su marido, les bastó mirarse a los ojos para que se encendiera la pasión amorosa. Una pasión que al día de hoy se traduce en desacuerdos, desavenencias y si no se remedia, la desaparición de una necesaria fuerza de la izquierda: Izquierda Unida.

IU, surgió al hilo de las manifestaciones anti-OTAN y bajo los auspicios del partido comunista de España. Un partido que, desde mi punto de vista, nunca dejó de tutelar a IU, aunque de cara al exterior se intentase mostrar lo contrario. Ahora, ya con más claridad, se apuesta por “resucitar” al PCE y darle, dicen sus “albaceas”, el papel de faro que guiará a IU en el devenir de la lucha por un mundo mejor. Aquí radica, a mi entender, el error: pensar que el PCE, que no el comunismo, puede al día de hoy retomar la “representación” de los colectivos disconformes con la situación social actual. Entienden, algunas personas en IU, que el cadáver del PCE es a la izquierda lo que Felipe el Hermoso (ya cadáver) era a su esposa Juana. Muestran la heroica historia del PCE como moneda irrefutable de que es irrebatible su necesaria presencia. Y no.

Y ¿qué ocurre en IU? Antes de responder quiero mostrar mi respeto a las personas que conforman tanto IU, como el PCE. No seré yo quien cuestione sus acuerdos o desacuerdos. Pero sí entiendo que puedo y debo opinar sobre una cuestión que está desangrando a una parte importante de la izquierda para revertir en no se sabe qué mar ideológico. Las respuestas que se puedan dar a la situación de IU están recogidas en opiniones, que entiendo más autorizadas que la mía. A ellas me remito.

“IU está en una situación de crisis grave, difícilmente ocultable, […] especialmente en una situación de crisis interna que viene marcada por la desnaturalización que sufre desde hace años el proyecto de IU…” [Pedro Montes, miembro del CPF de IU y de Plataforma de Izquierdas: Rebelión, 7 de mayo de 2004].

“La idea fundamental es reconstruir sobre nuevas bases el proyecto de IU eliminando lo que no funciona y aportando lo que funciona y las nuevas experiencias de la sociedad. Todo ello se ha de basar sobre una reflexión sobre la situación de IU y la izquierda transformadora en el mundo, sobre un análisis riguroso del nuevo ciclo que ha comenzado, sobre una discusión a fondo de lo que pasa en IU y a partir de líneas de trabajo.” [Manuel Monereo: Rebelión, 7 de mayo de 2004].

“Hay que construir un bloque plural dentro de IU, trabajar conjuntamente con los movimientos sociales, fundamentalmente con el movimiento de movimientos y con el movimiento obrero. IU se debe de apoyar en la juventud…” [Jaime Pastor, miembro de Espacio Alternativo: El Viejo Topo, publicado en Rebelión, 10 de mayo de 2007].

“[…] Nacía un proyecto político al calor de las movilizaciones anti-OTAN, con el Partido Comunista de España como principal fuerza, inmensamente mayoritario en militancia y recursos. Renunciaba así a ejercer su presencia en primera línea, algo que como el tiempo ha demostrado constituyó un error que todavía estamos pagando los comunistas en este país…” [José Manuel Aláez Fernández fue militante de Izquierda Unida y del Partido Comunista de España hasta el año 2001: Kaosenlared.net, 17-9-2007].

En mi opinión lo que es un error es pensar que “los comunistas de este país” están pagando el error. Es tanto como decir que fuera del PCE, no hay comunistas.

Acerquémonos a otros autores que, tal vez, puedan ayudarnos a clarificar por dónde puede ir el futuro de IU.

“Hoy creo que no ha salido de la UVI (se refiere el autor a IU), que su estado se ha agravado. Ha vivido una etapa de conmoción […] auspiciada tanto por la mayoría de su dirección como por su minoría, y también desde cargos del PCE. Nadie ha sabido encontrar una política unificadora ni los modos de un debate satisfactorio, o sea, fecundo. Hay problemas que no se arreglan formando mayorías y minorías. Que exigen otras lógicas, y desde luego preservar la unidad, los entendimientos mínimos […]. La pregunta es entonces: ¿estamos al principio de algo o asistimos al final de algo? [… ]. Mi opinión sincera es que asistimos al final de algo”.

[…]

“El PCE, que constituyó la columna vertebral de Izquierda Unida, a la que entregó además la casi totalidad de su patrimonio, debería ser capaz de metamorfosearse en otra cosa con dignidad. Metamorfosearse con dignidad significaría, a mi juicio, no tratar de prolongar su vida como partido, sino proyectar a su militancia sobre iniciativas sociales con contenido emancipatorio, para aprender de ellas y, al mismo tiempo, al insertarse ante todo en ellas, potenciarlas y activarlas.” [Juan-Ramón Capella en mientrastanto.e, febrero de 2008].

La situación de IU me recuerda la vivida personalmente, en los años setenta y ochenta, en la CNT. Cuando los irredentos anarquistas (nada tengo en contra del anarquismo, todo lo contrario) quisieron tutelar de tal manera a la organización que consiguieron que en la actualidad se han refugiado en su torre de cristal. En debates estériles que sólo sirven para el orgasmo intelectual de quienes los propician.

Me temo que si no se toman en consideración éstas y otras opiniones, al menos para su debate, en vez de enrocarse en “qué bonito era mi valle”, la izquierda quedará ya no coja, sino huérfana de instrumentos que puedan propiciar “otra idea”. Hay gentes de una izquierda alternativa, o si se quiere anticapitalista, que piensan se está a tiempo de enderezar el rumbo. Y si no se llama IU —porque lo de “unida”, si no fuese triste, resultaría cómico—, que se llame de otra manera.

Para finalizar, me parece que si nos planteamos mínimamente en serio la transformación social, debemos de saber que el capitalismo —o como se dice ahora, el neoliberalismo— pone en entredicho a la democracia. Le interesa en tanto en cuanto cada cuatro años se vota; pero nada más. No le preocupa que la misma impregne desde el estamento familiar hasta el sindical, pasando por la institución escolar y por las mismas relaciones de amistad.

Para que esta democracia pueda ser cambiada en otra republicana y socialista, o al menos se vislumbre esa posibilidad, tendrá que “inventarse” un colectivo que se ponga al servicio de la transformación en un sentido radical (yendo a la raíz). Es decir, interviniendo activamente para la construcción de una sociedad alternativa y ecológicamente habitable.

3 /

2008

La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.

Noam Chomsky
The Precipice (2021)

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