Sabíamos que las bibliotecas están llenas de tratados de ciencia política que, pese a sus diferentes tendencias, coinciden en considerar oro de ley el dictum aristotélico según el cual «para ser humano hay que tener polis». Lo que faltan son estantes que recojan lo que han dicho y pensado quienes se sitúan al margen y son marginados, ya por convicción, ya por imposición.
Iluminados por el fuego
Cameo,
Argentina,
Carles Mercadal
Una película que pasó bastante desapercibida en su momento, pero que destaca con luz propia (valga la redundancia) entre los filmes costumbristas a que nos tiene acostumbrado el cine argentino y entre los filmes engañosamente antibélicos que últimamente nos llegan desde Hollywood. Digamos, en este último sentido, que Iluminados por el fuego, que narra la historia de dos muchachos argentinos llevados a la carnicería de otro conflicto bélico sumido en el olvido, el de las islas Malvinas, prescinde del efectismo propio de producciones como las de Clint Eastwood (sobre todo el desplegado en Banderas de nuestros padres) y nos adentra en el corazón del infierno que es siempre una guerra, en el desgarro tanto de la carne en el campo de batalla como del espíritu pasados ya muchos años desde la finalización de la contienda. Iluminados por el fuego es por todo esto, y por su emotivo (que no lacrimógeno) final, una de las películas antibélicas más sinceras que se han hecho en muchos años.
1 /
2008