La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
De Madrid a la Luna
Filmax,
Carles Mercadal
Muchos de los lectores y lectoras ya la habrán visto después de haber permanecido en cartelera infinidad de meses en los cines Meliès de Barcelona, pero aquellos que se la hayan perdido tienen ahora una segunda oportunidad. De Madrid a la Luna es la continuación de La Casita Blanca, un documental que hacía un repaso de lo que fue la Barcelona de los años cincuenta (también editado en DVD: Filmax, 2003), pero en el caso de este nuevo filme de Balagué el centro de atención se sitúa en Madrid y la década tratada es la de los sesenta. No vamos a engañar al sufrido lector y decirle que la película va a descubrirle grandes novedades sobre la gris España de esa época, pero, pese a su carácter eminentemente generalista y divulgativo, De Madrid a la Luna se deja ver bien y, aparte de los temas políticos, sociales y económicos por todos conocidos, se adentra también en otros que, aun siendo menores (como el peculiar mundillo que se movía en torno al bar Chicote o el desaguisado del inefable Gil y Gil en Los Ángeles de San Rafael), son asimismo ilustrativos de la realidad de un régimen cuyo cadáver la derecha actual, su heredera, se afana en maquillar.
1 /
2008