La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
El militarismo en España
Icària,
Barcelona,
262 págs.
Eduardo Melero
Este libro, realizado por el Centre d’Estudis per la Pau J. M. Delàs de Justicia i Pau, realiza una radiografía de los ámbitos más importantes en los que se manifiesta el militarismo en nuestro país. Los campos analizados son: la política de defensa, las intervenciones militares en el exterior, la profesionalización del ejército, el gasto militar, la I+D militar, la industria de guerra, la política de exportaciones de armas, y la participación en ferias internacionales de armamento. El libro permite así formarse una idea global sobre cómo lo militar penetra en los distintos ámbitos de la vida social y cuáles son las decisiones políticas que se han adoptado para conseguirlo.
7 /
2007