La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Vicente Rojo. Retrato de un general republicano
Tusquets,
Barcelona,
464 págs.
Antonio Giménez Merino
Libro centrado en la vida del general republicano Vicente Rojo, protagonista destacado de la guerra civil española. Como aspectos criticables, su interés desigual —aunque narrativamente resulta ameno, sobre todo en la parte dedicada al exilio del general— y la selección de las fuentes principales desde las que se aborda el conflicto bélico, habida cuenta de la amplia bibliografía sobre el mismo disponible en la actualidad. Sin embargo, no faltan motivos para recomendar esta obra, empezando por su valor historiográfico. El autor es un nieto del general Rojo, José Andrés, que ha manejado con criterio la abundante y dispersa documentación inédita de su abuelo para escribir la biografía más completa de cuantas conocemos sobre el general. Una biografía donde las las reflexiones de su protagonista sobre España nunca quedan pisadas por la voz del autor.
El libro también aporta elementos de interés para la reflexión actual sobre la experiencia de la guerra civil. En primer lugar, nos muestra la capacidad del vencedor para deformar la historia y el significado de las palabras, mutando el sentido de aquéllas que definieron al general: católico, militar y patriota. Descubrimos así que el enigma que pesa sobre el general —formado en las mismas aulas que muchos de los vencedores y conservador en las costumbres, pero fiel a la República— no es más que el resultado de una adaptación al razonamiento del vencedor. El Rojo militar profesional escribió apasionadamente en el exilio sobre la insensatez de la política mundial que condujo a la Segunda Gran Guerra. El Rojo católico no perdió ocasión para alabar el valor de los comunistas españoles durante la guerra y criticar el vasallaje de la Iglesia católica con los golpistas y con la dictadura. Y el Rojo patriotero y crítico con muchos aspectos de la República absorbió de ésta sus convicciones demócratas y modernas. En segundo lugar, esta obra da razones para mantener vivo el recuerdo de lo sucedido, contrariamente a los deseos de la derecha reaccionaria de este país. En este sentido, el testimonio del general sólo pretende aportar “elementos de juicio e interpretaciones” a las generaciones venideras, y no verdades definitivas. En tercer lugar, estamos ante un libro que sirve para entender tanto el desgarro interior de los protagonistas de una guerra civil (aquí encarnado en el disenso en el interior de la familia del general) como lo que significó el exilio (el exterior y el interior) para quienes lo padecieron, resumido en “La certeza de saber que, finalmente, no se pertenece a ningún lugar”.
10 /
2006