¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Buenas noches, y buena suerte
Estados Unidos,
Aureli del Pozo
El segundo film de George Clooney como director narra una historia de confrontación entre la verdad y el poder, entre la libertad de expresión y la censura y entre los valores morales y las cuotas de pantalla. Concretamente, se analiza la disputa que tuvo el periodista de la CBS Edward R. Murrow (interpretado por un magistral David Strathairn) con el senador Joseph McCarthy a raíz de la particular caza de brujas anticomunista de éste. El hecho en cuestión se erige como la excusa perfecta para que la película analice el funcionamiento de un noticiario por dentro, es decir, el trabajo diario de un grupo de periodistas profesionales con un método de selección de noticias, unos determinados enfoques dependiendo de la información que se transmita, una documentación como base… y, sobre todo, con unas consecuencias fatídicas ante el enfrentamiento con el poder político, del que se depende en buena medida a base de subvenciones y publicidad.
De esta forma, estamos ante una película valiente, clara y necesaria. Y es que, tras el visionado de Buenas noches, y buena suerte, uno se para a pensar si realmente el término “sociedad de la información” es el adecuado para referirnos a la sociedad del siglo XXI.
3 /
2006