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Fugitivos (Les égarés)

Francia,

Pasiones prohibidas

Antonio Giménez Merino

Se agotan los días para no perderse esta obra del maestro Téchiné: una bella historia de aprendizaje e iniciación recíprocos —como suele ser habitual en el cine de este autor— entre personajes de edades y extracción social distintas. El contexto que da pie a ello es el de la huida del París ocupado por los nazis, es decir, el de un mundo anómico en lucha por la supervivencia que revelará la futilidad del individualismo y de los prejuicios de la cultura burguesa. Película a tomar en serio, Fugitivos nos aproxima transgresoramente, pero con toda naturalidad, a un ámbito de pasiones prohibidas.

7 /

2005

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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