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Auge y caída del Imperio Británico (1779-2000)

Crítica,

Barcelona,

Albert Recio Andreu

La perspectiva histórica constituye un elemento esencial para comprender los procesos sociales. Algo que a menudo se encuentra a faltar en muchos de los debates políticos actuales, presos de un cierta creencia de estar viviendo algo completamente nuevo. El libro de Schama ayuda a situar muchas cosas actuales, a dimensionarlas y a reconocer elementos de continuidad. Se trata de una obra de divulgación media, de lectura amena y gozosa. Es, sin duda, una lectura parcial, más preocupada en ofrecer un análisis del proceso centrándose en el pensamiento de algunas figuras de cada período que en una visión estructural del proceso. Pero en la que nos permite reconocer trazos importantes tanto de las ideologías dominantes —permiten constatar la continuidad de las culturas imperialistas, lo que hoy dicen los neocons se encuentra ya en la boca de los virreyes del XIX, el desprecio de las élites frente a las hambrunas de Irlanda y la India forma parte del mismo dogmatismo y desprecio humano del que hoy hacen gala los fanáticos neoliberales….— como de los problemas y luchas de las clases y grupos explotados —vistas en perpectiva, las conquistas de la clase obrera y de las mujeres parecen más colosales de lo que hoy valoramos, e indican también que quizás simplemente estemos viviendo en una fase de retroceso temporal dentro de un ciclo largo de lucha por una humanidad realmente vivible—. No es una historia definitiva, claramente los últimos períodos se repasan deprisa, pero en el conjunto constituye una lectura útil y provechosa.

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2005

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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