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El Lobo Feroz

Mejor que no vuelva

Sería más coherente con sus gestas saber morir fuera de aquí, como su abuelo.

Pero a diferencia de éste sin incitar a nada, ¿de acuerdo?

Después de todo, quedarse fuera sería como decir: «No quiero molestar».

Y le evitaría disgustos del oficio a su hijo, a quien se le podría poner todo más difícil todavía.

Más tarde, mucho más tarde, le podrían traer al panteón que le corresponde, esto si la historia del país se apacigua tanto que se haga con todo pelillos a la mar.

Más tarde quiere decir: cuando no haya gente enterrada en las cunetas, los que fueron asesinados de mala manera.

Creyó que eso no importaba, que aquellos sufrimientos fueron «tristes pero necesarios», y así lo dijo en ocasión solemne.

Debemos tenerle cierta compasión: le aterrorizaba no tener dinero. Ha sido un rico compulsivo.

¿En qué cabeza cabe que pueda volver como si no nos hubiéramos enterado de nada?

Como si no estuviéramos hartos del dinero acumulado deprisa, como si no nos repugnara tanto la gran corrupción.

Es un misterio para este Lobo por qué los que más tienen quieren más. Debe de ser una neurosis pesadísima de sobrellevar, y hasta, como decía, podríamos tenerles compasión si su tener más no significara para otros tener menos. Cuanto más unos, menos otros. No hay misterios. La economía capitalista son vasos comunicantes que tienen la particularidad de no equilibrarse, de ser vasos desequilibrados.

Esa es la palabra.

20 /

12 /

2021

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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