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Jane Hirshfield

Que no digan

 Que no digan: no lo vimos.

Vimos.

Que no digan: no lo escuchamos.

Escuchamos.

Que no digan: no lo cataron.

Comimos, temblamos.

Que no digan: no estaba hablado, no estaba escrito.

Hablamos,

fuimos testigos con voces y manos.

Que no digan: no hicieron nada.

No hicimos lo suficiente.

Que digan, ya que algo tienen que decir:

Una belleza de queroseno.

Ardió.

Que digan que nos calentamos con ella,

leímos a su luz, alabamos,

y ardió.

De: Ledger, 2020

Traducción del inglés por Francisco Javier Mena y Rosana Alija

[Jane Hirshfield es una poeta, ensayista y traductora estadounidense. Su último poemario, Ledger, del que hemos extraído el presente poema, aborda entre otros temas la acción colectiva contra el cambio climático.]

29 /

11 /

2021

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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