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La otra historia de Estados Unidos

Hiru,

Argitaletxea,

J. Büchner

Este libro trata de comprimir en algo más de seiscientas páginas la «otra historia de Estados Unidos», la historia de las luchas, rebeliones y, sobre todo, derrotas de mujeres, negros, indios y trabajadores desde 1492 hasta ahora.

En poco más de veinte capítulos se recorre cronológicamente la creación, crecimiento y guerras del imperio norteamericano contemplados desde el punto de vista de las llamadas «minorías oprimidas» que a fin de cuentas acaban por constituir la mayoría aplastante de la población. Para ello, el autor recurre constantemente a la descripción de huelgas, conflictos o movimientos concretos, así como a testimonios directos de dichos colectivos, por ejemplo, reproduciendo cartas dirigidas por jefes indios al presidente de Estados Unidos, discursos de líderes sindicales o extractos de entrevistas con participantes en los movimientos pro-derechos civiles, feministas o pacifistas de los años sesenta y setenta.

Quizás este recurso reiterado hace echar en falta al lector acostumbrado a grandes esbozos teóricos una mayor síntesis o el bosquejo de algún tipo de ley histórica que subyazca al devenir desordenado de los acontecimientos. Sin embargo, esta práctica ausencia de teorización puede verse también como un acierto del autor que remite de este modo al lector la tarea de extraer sus propias conclusiones sobre la historia social estadounidense, los mecanismos que aseguran la supervivencia de su sistema y la existencia o no de posibilidades de verdadero cambio.

En conclusión, un libro muy útil para rasgar la imagen homogénea de la sociedad estadounidense y para reforzar la solidaridad internacionalista con su mayoría ignorada y oprimida.

12 /

2004

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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