La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.
Anónimo
Del amor, la pérdida y el movimiento
Vinimos al parque a expresar nuestro duelo.
Era mucho lo que habíamos perdido. Pero
convertimos el duelo
en militancia y nos sentimos revivir.
Descubrimos que no todo era pasado, que
había también un presente en el que se podría vivir.
Quebramos el cascarón de la historia
y el tiempo se hizo pleno.
Todo estaba sucediendo en el Presente.
Luego vino la orden de expulsión y fuimos
dispersados. Tras la expulsión lamentamos
lo que habíamos perdido. Sabemos que nunca
podremos separarnos completamente de todo ello. Está
dentro de nosotros, nos encandila, nos habla.
Nos une. Pero no nos ata al pasado.
El amado suspira: “Debes aprender
a vivir. Ahora.”
Eso significa soltar ese futuro
perfecto en el que estará derecho lo ahora torcido.
Ese futuro será siempre pospuesto,
todavía no está abierto,
No está listo. Y así es a priori objeto
de melancólica tristeza.
Ni esperamos ni lamentamos.
Las tormentas de Wall Street persisten.
Es lo que ellos llaman progreso. No hay
refugio, no hay parque en el que podamos
cabalgar para ir más allá. Tenemos que
aprender a vivir al raso.
Llega un momento en el que se sabe
que no se puede seguir. Pero seguimos.
Es fácil quemarse. Seguir con amor es duro.
No hay que asustarse. No miréis atrás.
Traducción de J. A. Tapia
Nota del traductor:
Este poema anónimo fue publicado en Tidal 4 (Occupy Theory Occupy Strategy), p. 15 (www.yumpu.com/en/document/read/10898359/tidal4-block-by-block). Es citado por Yates McKee, en “Aging in the afterlife: The many deaths of art” (Platypus Review, No. 58, 2013, platypus1917.org/2013/07/01/the-many-deaths-of-art/). Ese artículo es la transcripción editada de una mesa redonda de Anton Vidokle, Gregg Horowitz, Paul Mattick y Yates McKee que tuvo lugar en la New School de Nueva York el 23 de febrero de 2013 (media.platypus1917.org/aging-in-the-afterlife-the-many-deaths-of-art/).
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2020