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El hijo del chófer

Tusquets,

Barcelona,

252 págs.

A.R.A

Es la historia de una persona desequilibrada, el periodista Alfons Quintá. Pero es también la historia de muchos entresijos de la historia catalana reciente. De conspiraciones y pactos bajo mano. De cómo se forjó el poder de Jordi Pujol. Del papel de los medios de comunicación en todo ello. Quintá estuvo desde el principio en medio de muchas cosas, jugó diversas cartas y papeles en un mundo donde los que quieren poder siempre están en venta. Se lee como una novela, pero sitúa muy bien una serie de tramas que influyen aún en nuestra realidad

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2021

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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