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Eeva Kilpi

Poesía Feminista: 4

 

¿Qué ruido es este que me despierta de noche?

 

¿Qué ruido es este que me despierta de noche?

Es la biología, que exige sus derechos.


De noche se escucha con mayor claridad,

cuando los sociólogos duermen.

 

(Traducción de Rosana Alija)

 

Creo que cuando estoy sola eclosiona dentro de mí


Creo que cuando estoy sola eclosiona dentro de mí

el alma de un sargento mayor.

Esta mañana ordené al pan:

“Nada de enmohecerse aquí”.

Ayer le grité a la estufa: “¡No sueltes humo!”

Y cuando voy a buscar vino, proclamo:

“Serpientes, fuera, la dueña baja a la bodega”.

El sábado tuve unas palabras con mi rana en la sauna:

“¿Quién te mandó dejar tu aleta bajo mis pies descalzos?”

 

¿Humanidad básica?

No puede ser verdad.

No lo puedo aceptar.

 

(Traducción de Rosana Alija a partir de las versiones finesa e inglesa publicadas en A Landscape Blossoms Within Me, 2014)

 

 

Cuando ya no tienes fuerzas para escribir 

 

Cuando ya no tienes fuerzas para escribir, hay que recordar.


Cuando ya no tienes fuerzas para fotografiar, hay que ver con los ojos del alma.


Cuando ya no tienes fuerzas para leer,

hay que estar repleta de relatos.


Cuando ya no tienes fuerzas para hablar,

hay que tintinear.


 

Cuando ya no tienes fuerzas para andar, hay que volar.


 

Y cuando llega ese momento, hay que renunciar a los recuerdos,

a los ojos del alma, dejar de tintinear,

callarse y plegar las alas.


 

Pero pase lo que pase, el relato sigue y sigue.

 

(De Ennen kuolemaa, 1982. Traducción de Rosana Alija a partir del original finés y la versión en sueco de Kerstin Holm-Lindqvist)

24 /

4 /

2020

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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