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Economistas contra la democracia. Los intereses inconfesables de los falsos expertos de la economía

Ediciones B,

Barcelona,

Albert Recio Andreu

El nombre del título puede engañar a los que esperen un análisis del tipo que tanto gusta a los amantes de encontrar conspiraciones para explicar la situación presente. No se trata de mostrar que tal o cual economista está conchavado con tal o cual plutócrata para desarrollar tal o cual tipo de política económica. Se trata de discutir las bases conceptuales sobre las que se sustentan las políticas económicas actuales. Y de hecho se concentra en un aspecto específico de la cuestión: cómo las concepciones económicas actuales significan un ataque directo a la organización democrática de la sociedad y a la política como respuesta contingente emanada del juego democrático y de la búsqueda de respuestas a situaciones cambiantes.

El núcleo central de su análisis se concentra en discutir, desde la aportación de autores como Simon, Shackle, Stiglitz, hasta el mismo Hayek, los fundamentos del nuevo «constitucionalismo económico» que limita la política económica a la actuación de los expertos de grandes instituciones regidas de forma independiente y mediante normas invariables del tipo Banco Central Europeo, Organización Mundial de Comercio o políticas como la del tipo de cambio fijo que tantos desastres ha provocado en Argentina o Ecuador.

No se trata de una obra redonda, a veces excesivamente enfática, con mucha autocita del propio autor. Pero aporta elementos interesantes para la crítica de las políticas actuales. Cuando recién acababa de leer el libro llega la noticia de la concesión del Nobel a dos partidarios de las normas fijas y la macroeconomía de los expertos.

Y es que, salvo errores, la Academia sigue dominada por la banda de carcamales que Sapir trata de criticar.

11 /

2004

La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.

Manuel Sacristán Luzón
Comunicación a las jornadas de ecología y política («mientras tanto», n.º 1, 1979)

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