La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existan las finas y espirituales. A pesar de ello, estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte al vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.
Réquiem polifonico por Occidente
Akal,
Madrid,
335 págs.
Saludable cubo de agua fría geopolítico sobre el eurocentrismo
Miguel Muñiz
El título alude al “réquiem” por una sociedad cuyos supuestos valores no tienen relación con las prácticas que guían su actividad cotidiana. La “polifonía” alude a los múltiples aspectos económicos, sociales, políticos y militares que marcan su decadencia.
Un análisis sólido, que parte de datos contrastados, cifras, citas de documentos oficiales (de aquellos que no “deben” ser objeto de interés para una prensa al servicio del poder político) y de la sabiduría de algunos clásicos. El libro explica cuestiones que no están ocultas, pero que tampoco se divulgan. Escrito con fluidez, claridad y concisión, incluye mapas, gráficos, esquemas y razonamientos que “golpean” intelectualmente a la persona que lo lee. Como complemento (o preparación) es recomendable leer la entrevista que Salvador López Arnal hace al autor, publicada en dos entregas de Rebelion.org. Desde el final de la “guerra fría” (1991), la reflexión sobre la paz y el militarismo en Europa, y aún más en España, se instala en un “limbo” permanente; “limbo” en sintonía con los intereses de los EE.UU., la superpotencia global. Una muestra de esa sintonía son los artículos, libros y ensayos que hacen hincapié en la “ausencia de motivos” para un conflicto armado a gran escala, porque la hegemonía global del capitalismo, único sistema social y económico “realmente existente”, excluiría la opción militar. Este pensamiento banal silencia que la Primera Guerra Mundial (1914-1918), estalló precisamente como consecuencia natural de la hegemonía del capitalismo, y que las causas históricas: competencia brutal por los recursos (materias primas) y “mercados”, militarismo galopante y nacionalismo exacerbado, son análogas a las “tendencias dominantes” en economía, política e ideología que se dan en la actualidad.
Una de las primeras cosas que Augusto Zamora demuestra es que, dentro del “caos creativo” que determinan sus políticas, el gobierno de los EE.UU. está planificando una guerra nuclear limitada contra Rusia y China como hipótesis de futuro para los próximos diez años, lo que implica de manera directa e indirecta a Pakistán, India, Arabia Saudita, Israel, etc.; también demuestra que, superadas las limitaciones que imponía la teoría de la Destrucción Mutua Asegurada (MAD) en la “guerra fría”, el gobierno de EE.UU. intenta cuantificar y controlar las consecuencias de ese tipo de guerra; que tanto China como Rusia se toman muy en serio la amenaza y han reaccionado política y militarmente, y que la sociedad europea vive al margen de esas realidades, sin una opción política propia, y procurando mantener a sus ciudadanos en la ignorancia. En este escenario, Europa, en términos geopolíticos, es una insignificante península de euroasia, encuadrada en el sistema de bases militares terrestres de EE.UU. vía OTAN, y seguidora dócil de las consignas propagandísticas de la superpotencia.
Augusto Zamora detalla las implicaciones de ese enfoque; cuantifica y califica el peso real, económico, demográfico y material (en recursos), de EE.UU., China, Rusia, India, Pakistán y Brasil, sus áreas de influencia, sus conflictos externos e internos y sus alianzas potenciales, los puntos fuertes y débiles de su ubicación geográfica y de sus sistemas de comunicación física; analiza la evolución histórica, el papel y la situación real de nodos estratégicos como Israel, Arabia Saudí, Turquía, Corea del Norte (y del Sur), Japón, etc., y extrae consecuencias de todo ello. Para explicar la situación actual y desarrollar pronósticos recurre a clásicos como Sun Tzu, Tucídides o Clausewitz (entre los más conocidos), o de Halford Mackinder o Nicholas Spykman (entre los menos), demostrando su vigencia.
El punto más débil del análisis de esta obra es la marginalidad en que sitúa el conflicto ecológico y sus graves consecuencias. Augusto Zamora recoge algunas de las variables potenciales del cambio climático en el hemisferio norte, pero sólo como factores positivos, sin ser consciente del elevado nivel de incertidumbre que toda alteración ecológica lleva aparejada. En un futuro cada vez más cercano, la ecología será determinante en tres grandes campos: la disponibilidad de recursos minerales, la disponibilidad de recursos energéticos, y las consecuencias del cambio climático sobre recursos hídricos, alimentos, territorio y salud. Las reservas energéticas no renovables de que dispone cada país son una parte de los secretos mejor guardados por grandes compañías y gobiernos implicados, pero existe consenso sobre el agotamiento. En ese sentido, expresiones como “inmensos recursos” (para aludir al potencial emergente de Rusia y China) que aparecen en la obra, deben ser tomadas con escepticismo. El consumo acelerado de energía, tanto en la construcción como en el uso de infraestructuras, uno de los puntos determinantes de esa realidad geopolítica emergente que Augusto Zamora analiza, acelerará la carencia de combustibles fósiles, lo que introduce variables en el diagnóstico; y ello sin entrar en las consecuencias imprevisibles del cambio climático a gran escala. Pero se trata de procesos que afectarán a todo el planeta, por lo que esa carencia no llega a invalidar las aportaciones de una obra cuya cualidad más valiosa es su capacidad de remover hábitos y rutinas arraigadas tras años de enfoque “idealista” y eurocéntrico del pensamiento crítico; especialmente la tendencia a un ensimismamiento estéril que mantiene a muchos intelectuales, y a sus grupos de seguidores, en “zonas de confort” analíticas. Es de agradecer el cubo de agua fría que Augusto Zamora vuelca con este libro sobre la mucha auto complacencia intelectual que rezuman análisis “críticos” que podemos leer cada día.
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2019