Skip to content

El Lobo Feroz

Raca-Raca

Animados por su mayoría parlamentaria y olvidadizos de su minoría en votos, los independentistas catalanes han decidido proseguir con su campaña a favor de la creación de una república catalana independiente caiga quien caiga.

Lo hace, por supuesto, con más prudencia que el gobierno anterior, pero también con menor inteligencia. Multiplicar los símbolos independentistas, especialmente el lacito amarillo, resulta fácil en un mundo en que todo se puede multiplicar. Pero conduce a un enfrentamiento en el seno de la sociedad civil difícilmente soportable sea cual sea la posición política de cada uno. Pan para hoy y hambre para mañana.

Siguen poniendo énfasis en lo que ahora llaman “el referéndum” del 1 de octubre. Pero el 1 de octubre no quedó refrendado nada porque la misma organización del happening lo hacía imposible. Parece como si las personas a las que esta cuestión les importa mucho han endurecido sus posiciones, y en cambio aquellas cuyas prioridades son diferentes están un poco hartas. Bueno: el 11 de septiembre la Sociedad de Amigos del Heroico Rafael de Casanova servirá de termómetro para ver cómo andan las cosas.

Nos espera un curso interesante, pues el poder judicial tendrá que dar salida a las causas abiertas. Eso significará procesos, condenas y celebradas absoluciones (en realidad también se celebrarán las condenas: tener mártires mola lo suyo). Procesos que se unirán a los correspondientes a la corrupción del Pp.

La Magna Inteligencia que ahora preside la Generalitat amenaza de vez en cuando con convocar elecciones. Ya puede, con una ley electoral que le favorece tanto, que deja sin escaño a millón y medio de barceloneses. Pero no lo hará, porque igual comprueba que le han crecido los enanos.

Entretanto en Bruselas el anterior presidente de la Generalitat aparece como un consumado artista de circo. La gente podrá decir, el día de mañana, que este circo lo montó él, junto con unos bien remunerados becarios.

P. S. Por cierto: este verano tuve que dar con mis huesos en un hospital del sistema público. ¿Qué ví? Que médicos fantásticos y entregados están muy mal remunerados. Que faltan camas. Que por eso han de dar el alta a los enfermos a poco que se pueda. Los ex-consellers Comín y Boi Ruiz han dejado una situación casi de juzgado de guardia; no sé si el actual titular que se ocupa de estas cosas está por la labor o anda repartiendo lacitos.

27 /

6 /

2018

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

+