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Los dilemas de Lenin

Alianza Editorial,

Madrid,

528 págs.

A.R.A

Entender el pasado ayuda a pensar el presente. Y, para cualquier persona con ideales de transformación, es necesario conocer las experiencias del pasado. Lenin fue la persona que lideró uno de los intentos más importantes de creación de una sociedad alternativa al capitalismo. Y fue considerado como referente para varias generaciones de activistas sociales. El libro de Tariq Ali, un intelectual cercano al trotskismo, constituye una bella aproximación a la figura de Lenin y a su entorno. La obra habla no sólo de Vladímir Ilich, sino de muchas otras figuras que marcaron la tradición revolucionaria rusa, y de muchos de los debates que tuvieron lugar hace un siglo. No es una biografía convencional, sino que se organiza en torno a cinco grandes temas que afectaron al dirigente soviético, y en torno a ellos se construye un debate mucho más coral: «Terrorismo y utopía» —donde se analiza la tradición revolucionaria premarxista que forma parte de la herencia cultural que forjo a Lenin—; «El imperialismo, el socialismo los imperios y la guerra» —la evolución de la Segunda Internacional y su fracasó en la guerra imperialista—; «Estados y revolución» —aquí sí, el papel, teórico y práctico, de Lenin en la revolución de octubre y la posterior guerra civil—; «La cuestión de las mujeres» —una de las partes más novedosas donde se aborda la relación entre marxismo clásico y protofeminismo, al mismo tiempo que se explican algunos aspectos de la vida sentimental de Lenin—; y, finalmente, «Agrupémonos todos en la lucha final» —los análisis del Lenin moribundo, su comprensión de la complejidad de la transformación revolucionaria, su preocupación ante la deriva burocrática de Rusia—. En suma una buena selección de temas, muy bien escrito, que merece formar parte de la biblioteca del buen activista social.

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2018

¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.

John Berger
Doce tesis sobre la economia de los muertos (1994)

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