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La corrupción del capitalismo

Pasado&Presente,

Barcelona,

352 págs.

A.R.A

El prolífico economista británico ofrece en este libro una magnífica panorámica del modelo de capitalismo neoliberal. La línea que sigue el trabajo es mostrar que detrás del crecimiento de las desigualdades ha habido un reforzamiento de un capitalismo rentista, orientado a explotar diferentes mecanismos institucionales con el objetivo de captar una parte creciente de la renta social. Lo que explica es conocido, pero el trabajo recurre a un lenguaje claro y una presentación sistemática que lo convierte en un texto recomendable para cualquier persona que quiera entender características esenciales del capitalismo actual. Más discutible resulta su insistencia en presentar el precariado como una nueva clase social diferente de la clase obrera y en suponer que es la revuelta del precariado la que puede acabar con este régimen de acumulación. En todo caso, este es un debate que requiere una discusión específica. Pero, salvando esta objeción, al menos por mi parte, creo que lo que se aprende con su lectura compensa de largo los desacuerdos.

30 /

1 /

2018

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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