La principal conversión que los condicionamientos ecológicos proponen al pensamiento revolucionario consiste en abandonar la espera del Juicio Final, el utopismo, la escatología, deshacerse del milenarismo. Milenarismo es creer que la Revolución Social es la plenitud de los tiempos, un evento a partir del cual quedarán resueltas todas las tensiones entre las personas y entre éstas y la naturaleza, porque podrán obrar entonces sin obstáculo las leyes objetivas del ser, buenas en sí mismas, pero hasta ahora deformadas por la pecaminosidad de la sociedad injusta.
La corrupción del capitalismo
Pasado&Presente,
Barcelona,
352 págs.
A.R.A
El prolífico economista británico ofrece en este libro una magnífica panorámica del modelo de capitalismo neoliberal. La línea que sigue el trabajo es mostrar que detrás del crecimiento de las desigualdades ha habido un reforzamiento de un capitalismo rentista, orientado a explotar diferentes mecanismos institucionales con el objetivo de captar una parte creciente de la renta social. Lo que explica es conocido, pero el trabajo recurre a un lenguaje claro y una presentación sistemática que lo convierte en un texto recomendable para cualquier persona que quiera entender características esenciales del capitalismo actual. Más discutible resulta su insistencia en presentar el precariado como una nueva clase social diferente de la clase obrera y en suponer que es la revuelta del precariado la que puede acabar con este régimen de acumulación. En todo caso, este es un debate que requiere una discusión específica. Pero, salvando esta objeción, al menos por mi parte, creo que lo que se aprende con su lectura compensa de largo los desacuerdos.
30 /
1 /
2018