Impresiona ver de qué forma el capital en la nube consigue desempeñar cinco funciones que antes estaban fuera del alcance del capital tradicional. Capta nuestra atención. Fabrica nuestros deseos. Nos vende directamente sin pasar por los mercados tradicionales lo que nos ha hecho desear. Fomenta el trabajo proletario en los centros de trabajo. Y crea una ingente mano de obra gratuita (los siervos en la nube).
Che Guevara muerto
El martes 10 de octubre de 1967, una fotografía fue transmitida al mundo para probar que Ernesto Guevara había muerto el domingo tras un enfrentamiento entre dos compañías del Ejército boliviano y una fuerza guerrillera sobre la ribera norte del río Grande, cerca de una aldea en la selva llamada Higueras. La foto de su cadáver fue tomada en un establo en la pequeña población de Vallegrande. El cuerpo fue puesto en una litera y ésta, sobre una pileta de cemento.
Durante los dos años precedentes, “Che” Guevara se había vuelto una leyenda. Nadie sabía a ciencia cierta dónde estaba. No había testimonios convincentes de nadie que lo hubiese visto. Su presencia, sin embargo, era constantemente asumida e invocada. Al comienzo de su último comunicado —enviado desde una base guerrillera “en algún lugar del mundo”, a la Organización Tricontinental de Solidaridad en La Habana— se citaba un pasaje de José Martí, el poeta revolucionario cubano del siglo XIX: “Es la hora de los hornos y no ha de verse más que la luz”. Fue como si, en su propia y manifiesta luz, Guevara se hubiera vuelto invisible y a la vez omnipresente».
[Fuente: Jaén, Ciudad Habitable]
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2017