La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Debt Machine
Ramón Campderrich
El pasado mes de junio el Banco de España reconoció que los más de 60.000.000.000 euros empleados en el rescate de instituciones financieras a raíz del crack del año 2008 jamás se recuperarán. Un dinero público que ahora sería vital para la sociedad española con el fin de financiar pensiones —la paga extra de junio a los pensionistas ha dejado exhausto el fondo de reserva de la Seguridad Social y a la expectativa de nuevas aportaciones para poder reconstituirlo—, servicios públicos y otras formas de gasto público social. Resulta indignante que mientras ese dinero ha sido entregado a las instituciones financieras prácticamente a fondo perdido, sin establecer condiciones para proteger el interés público y obtener la recuperación parcial o total del dinero empleado en el rescate bancario (configuración del rescate como préstamo a pagar colectivamente por las instituciones financieras, no como una especie de subvención incondicionada; nacionalización permanente total o parcial de entidades financieras; sometimiento a una regulación muy estricta que reduzca el poder de los bancos de hacer lo que les venga en gana; reestructuración de todo el sistema financiero nacional con miras a la protección del interés público; empréstitos forzosos al estado en condiciones ventajosas para las administraciones públicas), ese trato tan humanitario no se aplique a la deuda pública de países que atraviesan serias dificultades y, por tanto, a las desastrosas consecuencias sociales de la dureza con que se trata a los estados deudores al borde de la bancarrota. Esta paradoja, que hace hervir la sangre a toda persona civilizada, no es más que una manifestación, entre otras muchas, de la dictadura de las instituciones financieras que caracteriza la política y la economía actuales.
El documental que se presenta en estas líneas versa precisamente sobre las causas políticas, económicas e ideológicas de fondo de esa dictadura de los grandes acreedores —que son también grandes deudores en muchas ocasiones—. El documental se centra en la deuda pública de los estados occidentales, sobre todo de los pertenecientes a la eurozona, en el contexto de la creciente financiarización de la economía de las últimas tres décadas que ha convertido con creces el sector financiero globalizado en el principal sector económico en detrimento de los sectores realmente productivos, ya sea el extractivo, el industrial o el de servicios no financieros. Contiene una explicación muy clara del fenómeno de la ʹdeudodependenciaʹ generalizada respecto del mercado financiero mundial, que amenaza con someter las economías europeas a periódicos hundimientos o colapsos y con convertir la vida de la inmensa mayoría de los europeos, en especial la de los residentes en los países más endeudados —Grecia, Portugal, España, Italia y, hasta cierto punto, Francia—, en un constante sobresalto o incluso en un auténtico infierno: infierno que, de hecho, muchos de ellos ya viven. También se analizan posibles soluciones (revisión del valor de la divisa; reestructuración de la deuda por los gobiernos, no por decisiones de las instituciones financieras privadas o internacionales; asunción colectiva interestatal de la deuda pública en determinadas condiciones; asistencia financiera en formatos diferentes al préstamo; reregulación financiera en defensa del interés público; reforma fiscal antiespeculativa y penalizadora de los grandes patrimonios), la mayoría de las cuales son impracticables sin una democratización de la UE y una estrecha coordinación de las políticas de todos los estados de la eurozona para acabar con la antes mencionada dictadura de los grandes acreedores.
Debt Machine es un documental dotado de un enfoque muy pedagógico, divulgativo, que evita en lo posible los tecnicismos y la jerga especializada, pero en cuya elaboración han participado académicos y políticos familiarizados con su temática. Por lo tanto, resulta ideal para que el no experto que no desea investigarlo se informe del asunto o para su utilización en cursos dirigidos a no economistas. Desgraciadamente, se requiere saber leer y entender inglés para su comprensión, pues no se ha hallado una versión en español.
Debt Machine es una coproducción de Arte, Yuzu Production y Al Jazeera, lo cual nos permite romper una lanza en favor del canal internacional de esta última cadena de televisión, pese a su relativa mala prensa por estos pagos. Se trata de un canal de calidad media muy superior a la de los medios de comunicación españoles, incluidos los catalanes, no obstante su dependencia financiera de la monarquía qatarí. Es preciso recordar que la monarquía absoluta saudí ha exigido su cierre como condición inexcusable para levantar el bloqueo que en estos momentos Arabia Saudí y sus aliados aplican a Qatar. Lo cual da una idea de lo molesta que Al Jazeera es para los sátrapas liberticidas de la península arábiga y el norte de África.
30 /
6 /
2017