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Karmelo Iribarren

Cuatro poemas

Apunte desde el tren

Barriadas
del extrarradio

con las primeras
ventanas
encendidas, 

tras las cuales
—piensas—
la vida tuvo siempre
pocas posibilidades…

 

El pasado

Ahora
que he dejado
el alcohol,

no veas
el cuidado
que tengo que tener
con los camareros
de mi barrio,

en cuanto se toman
dos tragos,
me cuentan mi vida.

 

Las musas 

Últimamente
los poemas
vienen
casi todos los días,
y todos ellos
para quedarse,
y listos
para pasar al papel
y salir al mundo
a ver qué pasa.
Es increíble.
Para mí que alguien
les ha dado
a las musas
la dirección
equivocada.

 

Qué suerte tengo

Está en el sofá, recogida,
hecha un ovillo. Habla
con su madre por teléfono.
Se ríe. Luego arruga un poco
el ceño. Esas cosas.
Yo, simplemente la miro,
tiene luz, alma, vida,
me gusta verla, escuchar
su voz. A veces, no
puedo evitar decírmelo:
«Qué suerte tienes, cabrón».

 

(Poemas tomados de Las luces interiores, 2013. Posteriormente K. Iribarren ha publicado La piel de la vida y Haciendo planes. Probablemente haya aparecido estos mismos días un nuevo libro suyo de poemas, Mientras me alejo, en Visor)

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2013

La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existan las finas y espirituales. A pesar de ello, estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte al vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo, y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.

Walter Benjamin
Tesis sobre la filosofía de la historia (1940)

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