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La clase obrera no va al paraíso

Akal,

Madrid,

384 págs.

Vidal Aragonés

Sin duda, este texto publicado el reciente mes de septiembre no deja indiferente a la par que viene a cubrir un importante hueco desde punto de vista ensayístico pero también político. El objeto o tesis central del libro es situar la movilización de la clase trabajadora como elemento fundamental para un necesario cambio social revolucionario. Ello, que ha sido un planteamiento clásico del marxismo, será el hilo conductor de una obra que, pese a no ser autobiográfica, relata en muchos momentos la realidad de clase y las experiencias personales de los autores. Afirman estos: “Somos marxistas por necesidad […] nosotros salimos del barrio pero el barrio no de nosotros”.

En el desarrollo de la tesis central encontramos en primer lugar la recuperación de tradicionales discusiones en el marxismo y con el marxismo sobre qué es la clase trabajadora, así como la diferencia entre “clase en sí” y “clase para sí”. Se incorpora también en este punto un necesario análisis y definición sobre quién es la clase trabajadora en el posfordismo. Se realiza un exhaustivo a la vez que ameno repaso sobre las transformaciones en el mundo del trabajo y el efecto del neoliberalismo sobre la clase trabajadora.

El segundo de los bloques desarrolla la relación entre la clase trabajadora y el mundo educativo desde dos perspectivas bien distintas: las dificultades para el acceso a la educación superior por limitaciones económicas, la naturaleza de la misma como reproductora de élites y los análisis del posmodernismo sobre la clase obrera. En este último subapartado se establece una crítica muy contundente sobre todos los “post” y su visión de negación de la clase trabajadora o de esta como sujeto de cambio. Como no podía ser de otra manera, se vilipendia al concepto “precariado” con un más que certero análisis.

El último de los bloques analiza la identidad, la cultura y los medios de comunicación. Sin duda, difícilmente quien no tenga origen en la clase trabajadora pueda escribir sobre identidad en los términos en que los autores lo hacen. La parte de los medios de comunicación nos lleva a identificar el libro con Chavs, de Owen Jones. Por último, se nos incorporan clase obrera y movilización política, que más allá de su análisis sobre sujeto revolucionario y bloque histórico creará simpatías y antipatías dependiendo de la cercanía o rechazo al proyecto político Podemos.

Entre las diferentes tesis que encontramos, hay una que resulta muy interesante: el barrio como principal lugar de socialización de la clase trabajadora. Ante una realidad de fragmentación de la clase trabajadora, el espacio físico de residencia aparece como el ámbito principal de generación de identidad colectiva que trasciende lo común. Esto no es conciencia de clase, es conciencia de barrio; ello a su vez nos hace ver que no existe un alto nivel de conciencia de clase, si bien no es una tesis que los autores planteen directamente.

Resultará sorprendente, reproduciendo la tesis pasoliniana, la apuesta por la relación que se debe guardar con el ejército y las fuerzas de seguridad. Más allá de la crítica sobre el carácter represivo de los mismos, se llama a contar con su apoyo político.

En el texto encontramos un grito de dignidad y justicia respecto a la clase trabajadora, tan ninguneada en las últimas décadas como sujeto político e utilizada bufonescamente por los medios de comunicación, pero sobre todo encontramos de fondo un reclamo claro sobre la necesidad de orientarse políticamente a la clase trabajadora. El libro está escrito contra la academia “progre”, rebatiendo el habitual argumentario que combina el desprecio sobre la clase trabajadora y la búsqueda permanente de nuevos sujetos.

Para entender el libro debemos también ser conocedores de su motivación. Al respecto, la coautora Arantxa Tirado explica: “Este libro surge del orgullo y la rabia: orgullo por venir de una familia que no tiene las manos manchadas de sangre. También es un lujo no pertenecer a la clase que explota. El libro trata de ser un acto de justicia hacia nuestra clase, pero también es un desahogo”.

28 /

11 /

2016

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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