Sabíamos que las bibliotecas están llenas de tratados de ciencia política que, pese a sus diferentes tendencias, coinciden en considerar oro de ley el dictum aristotélico según el cual «para ser humano hay que tener polis». Lo que faltan son estantes que recojan lo que han dicho y pensado quienes se sitúan al margen y son marginados, ya por convicción, ya por imposición.
Rosana Alija Fernández
Estado social
La mañana que estalló la
bur-
bu-
ja
rodearon los edificios
con red electrificada.
Nos sacaron
de las casas,
nos quitaron
los negocios,
nos atraparon.
Nos bloquearon
la salida
bajo amenaza de
borrarnos del sistema.
Repartieron pintalabios
para firmar los contratos,
disimular el color
del hambre y el cansancio y
contentarnos con las migas
de su generosidad.
Nos ataron
con el miedo
a una silla inestable, nos
condenaron a morir
sin tiempo. Prostituyeron
nuestras mentes, nuestros cuerpos
depreciaron.
Las pasiones
no rentables se volvieron
maldiciones.
Apilados en un tren
de vida sin visos, sin
cambio de agujas, nos
cicatearon sin recato
los derechos, las ganancias.
Nos expropiaron la voz.
Dijeron que era la crisis,
sin que atenuar pudieran
el fulgor que desprendía en
sus cajas fuertes el oro
de nuestras muelas.
8 /
2016