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Rosana Alija Fernández

Estado social

La mañana que estalló la

bur-

bu-

ja

rodearon los edificios

con red electrificada.

Nos sacaron

de las casas,

nos quitaron

los negocios,

nos atraparon.

 

Nos bloquearon

la salida

bajo amenaza de

borrarnos del sistema.

Repartieron pintalabios

para firmar los contratos,

disimular el color

del hambre y el cansancio y

contentarnos con las migas

de su generosidad.

 

Nos ataron

con el miedo

a una silla inestable, nos

condenaron a morir

sin tiempo. Prostituyeron

nuestras mentes, nuestros cuerpos

depreciaron.

 

Las pasiones

no rentables se volvieron

maldiciones.

Apilados en un tren

de vida sin visos, sin

cambio de agujas, nos

cicatearon sin recato

los derechos, las ganancias.

Nos expropiaron la voz.

 

Dijeron que era la crisis,

sin que atenuar pudieran

el fulgor que desprendía en

sus cajas fuertes el oro

de nuestras muelas.

8 /

2016

Sabíamos que las bibliotecas están llenas de tratados de ciencia política que, pese a sus diferentes tendencias, coinciden en considerar oro de ley el dictum aristotélico según el cual «para ser humano hay que tener polis». Lo que faltan son estantes que recojan lo que han dicho y pensado quienes se sitúan al margen y son marginados, ya por convicción, ya por imposición.

Reyes Mate
Tierra de Babel (2024)

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