La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.
Miguel Ángel Mayo
Guía sencilla para entender la “lista Falciani"
Es bastante bueno que la gente de la nación no entienda nuestro sistema bancario y monetario, porque si lo hicieran, creo que habría una revolución antes de mañana por la mañana.
Henry Ford (1863-1947), industrial estadounidense
¿Quién es Hervé Falciani?
Hervé Falciani (1972-) es hijo del paraíso fiscal europeo por antonomasia, Montecarlo (Principado de Mónaco). Casado dos veces y reconocido apasionado del póker, estudió informática en el parque tecnológico francés “Sophia Antípolis” y fue croupier de casino entre los años 1992 y 2000.
Después de finalizar sus estudios, se incorporó como informático en la filial suiza del banco HSBC donde, entre los años 2001 a 2008, trabajó en la reorganización de la base de datos de la entidad para reforzar su seguridad. Con seis años de antigüedad, y aprovechando su posición de informático de élite, este franco-italiano de entonces cerca de cuarenta años, sustrajo datos de más de 100.000 cuentas cifradas. Ello significaba, por una parte, destripar las vergüenzas de las operaciones realizadas por el banco HSBC en Suiza; y por otra, señalar sin margen de error los nombres de sus clientes, muchos de ellos importantes evasores fiscales.
En un primer momento, fue detenido en Suiza; pero aprovechando su inicial puesta en libertad, se escapó a Francia en un coche de alquiler. Una vez allí, entregó su explosivo material informático a la fiscalía francesa, la cual decidió abrir de inmediato una investigación contra los defraudadores, además de compartir su información con varias jurisdicciones adyacentes, entre las que se encontraba España.
Se convirtió así en el enemigo público número uno en Suiza. En este escenario, las autoridades suizas dictaron una orden de detención internacional contra su persona, ya que estaba en juego el principal valor financiero del país helvético: el tan protegido y regulado secreto bancario.
Dicha orden dio lugar a la detención de Hervé Falciani en Barcelona en el año 2012, bajo la acusación de revelar secretos financieros suizos. Además del robo y revelación de secretos bancarios, las autoridades suizas le acusaron reiteradamente de intentar comercializar y enriquecerse con los datos sustraídos. Al fin, el dilema jurídico internacional se cerró con la libertad de Falciani, puesto que la Audiencia Nacional de nuestro país dictaminó su no extradición. Sus argumentos fueron: la probada colaboración con la justicia española y francesa; el hecho de no existir en España el secreto financiero como figura legal y considerar que —bajo el secreto comercial— no podían esconderse actividades ilícitas. En palabras del propio Tribunal “la información que facilitó Falciani se refiere a actividades sospechosas de ilegalidad y de infracción penal gravemente irregulares”. Desde entonces, Hervé Falciani está protegido por las autoridades españolas, que le han proporcionado asilo, protección y trabajo dentro de nuestro país.
¿Qué es el HSBC?
Los datos sustraídos por Hervé Falciani correspondían a la sucursal de una entidad financiera, el HSBC Private Bank, que operaba en Suiza. El HSBC (The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation) tiene su sede central en Londres, siendo una de las mayores organizaciones de servicios bancarios y financieros del mundo. Su historia ha estado siempre ligada a los privilegios de las élites financieras. Diversas fuentes señalan que fue fundado en el siglo XIX con los beneficios del expolio chino en las guerras del opio.
Asimismo, en 2012, un informe de 340 páginas del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de los Estados Unidos de América desveló que, durante años, el HSBC había lavado dinero de los cárteles mexicanos y de otras organizaciones criminales de Rusia, Irán, Arabia Saudita y Bangladesh. También esquivaba las sanciones comerciales de Estados Unidos contra Cuba, Sudán, Myanmar, Irán y Corea del Norte. El banco británico finalmente reconoció los errores, aceptando pagar una multa de 1.920 millones de dólares para evitar cargos en la investigación criminal.
Por su parte, en 2014 la fiscalía de Bruselas acusó a la filial suiza de HSBC de fraude fiscal, blanqueo de dinero, organización criminal y ejercicio ilegal de intermediación financiera. Y en febrero de 2015, la justicia del cantón de Ginebra anunció la apertura de una investigación por lavado de dinero agravado contra la filial suiza del banco HSBC. En relación a este proceso se llevó a cabo la mañana del 18 de febrero de 2015 el registro de las oficinas del establecimiento en Ginebra.
Lo que parece claro es que no está al alcance de cualquier mortal ser cliente de esta entidad. A tenor de la información facilitada por Hervé Falciani, para abrir una cuenta en la filial Suiza del HSBC había que ingresar una cantidad mínima de 3 millones de dólares en metálico.
¿Qué contiene la lista Falciani?
La lista Falciani es un documento filtrado en 2008 que contiene el nombre de 106.000 clientes con cuentas opacas residentes en 203 países distintos. Entre ellos figuran personajes de primer nivel del mundo empresarial, de la nobleza y del espectáculo. Pero también figuran traficantes de droga, diamantes e incluso señores de la guerra cuyas ganancias estaban a buen recaudo gracias al secretismo bancario suizo. En total, las personas que figuraban en la lista acumulaban algo más de 102.000 millones de dólares. Según fuentes policiales, la información extraída de HSBC ha sido clave para tirar de la manta en la red de blanqueo de capitales de Gao Ping, la trama Gürtel o los papeles de Bárcenas.
Respecto a nuestro país, la lista contiene unos 2.700 clientes reales de nacionalidad española, entre los cuales se encuentran los hermanos Emilio y Jaime Botín, Ana Patricia o el piloto Fernando Alonso. También hay que citar los casos del futbolista Diego Forlán, la modelo Elle MacPherson, la estrella de rock David Bowie o el propio rey de Marruecos, Mohamed VI, que aparecen en dicha lista. O los del empresario de Fórmula 1 Flavio Briatore, el piloto de MotoGP Valentino Rossi, el piloto Michael Schumacher, el diseñador de ropa Valentino, la cantante Tina Turner, el rey de Jordania Abdalá II y el fotógrafo Helmut Newton.
¿Cuál era o es la operativa?
No queremos perder el hilo argumental explicando en profundidad la complejidad de entramados y testaferros que permite el blanqueamiento de capitales y la opacidad del sistema financiero. En el asunto de la lista de Falciani, lo interesante es el instrumento y el objetivo. Pues bien, el instrumento de toda la operativa es el más férreo secreto bancario, esto es, la total ausencia de controles a la hora de identificar al cliente y comprobar el origen de los fondos. El objetivo último del secreto bancario es, claro está, captar clientes con inmensas sumas de dinero para gestionar libremente sus patrimonios mediante el cebo de prometer guardar su privacidad a toda costa. En palabras del propio Falciani: “La banca se aprovecha de los beneficios de una riqueza que no ayuda a crear. No son bancos como los que están junto a tu casa, son bancos diseñados para tratar con clientes de otros países”.
En resumen, para ocultar a toda costa la identidad real de los dueños del capital, se crea un entramado de testaferros y sociedades pantalla en paraísos fiscales. Una sola fortuna puede tener dinero o propiedades a nombre de hasta cientos de empresas falsas regentadas por hombres de paja. Estas empresas están ubicadas en paraísos fiscales que también protegen la identidad de los supuestos inversores internacionales. Nos encontramos, pues, con una multiplicidad de empresas cascarón y correlacionadas al modo de “matrioska rusa”, donde cuando abres una, descubres que la empresa es “nada” o a su vez es una nueva matrioska con idéntico resultado.
La mayor regularización fiscal de la historia de nuestro país
Una copia del listado que estaba en manos de Francia llegó a la Hacienda española a comienzos de 2010, cuando Elena Salgado encabezaba ese departamento. Contenía 3.000 nombres, ascendiendo los importes a más de 1.800 millones de euros opacos depositados en Suiza. Una vez filtrada y depurada la lista, se optó por requerir a los comprobados su regularización voluntaria, en vez de pasar por una comprobación inspectora, que habría podido dar pie a denuncias por delitos contra la Hacienda pública. “Primaron dos criterios”, recuerda Javier Peláez, inspector de Hacienda del Estado: “el de hacer caja rápido, y, probablemente, el hecho de ver el nivel de algunas de las personas que aparecían en la lista”.
A raíz de estas actuaciones, la Hacienda española pudo recuperar 260 millones de euros en liquidaciones de bienes no declarados. Se trató del “proceso de regularización más importante en España”, en palabras del Secretario de Estado de Hacienda Carlos Ocaña, y eso que la cifra podría haberse triplicado al no incluir las sanciones que hubieran podido producirse.
Pero lo que realmente está claro es que, pese a su enorme impacto mediático, los nombres de la lista Falciani son sólo una distracción. Lo que se hace público con dicha lista, también denominada “Swiss-Leaks”, es el verdadero problema existente a escala global: el funcionamiento de los bancos y los procedimientos de ingeniería fiscal al alcance de unos pocos para decidir sobre el reparto de la riqueza de todos.
[Miguel Ángel Mayo es colaborador de mientrastanto.e y coordinador en Cataluña del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha)]
27 /
2 /
2015