¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
El Lobo Feroz
Noticias inquietantes
Precaución, amigos y sobre todo amigas: ¡Cañizares ha vuelto!
Le voilà:
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También ha vuelto Monedero de sus negocios venezolanos. Atención: esa espoleta inoportuna va adherida a Podemos. Esperemos que el eximio tribuno, en un rapto, no dinamite la formación. Populismus habemus, pero no lo sabemus.
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Hay mucha prisa por meter a Ucracia en la Otan. Con la obligación de la defensa de cualquier miembro, España puede verse implicada en otra guerrita. Esta vez casi más de la Merkel que del núcleo del Imperio.
(Cada vez que se amplía la Otan hay un miembro nuevo, un peligroso miembro erigido para llevar al conflicto a los demás.)
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El Psoe ha evitado cuidadosamente el debate de ideas. El neoliberalismo es intocable. Pero ha elegido ¡para su regeneración! a un secretario general cosmético, fotogénico y muy mono él; y además muy puesto en lo suyo: ha empezado a denostar como comunistas a todo lo que se mueve a su izquierda.
Igual resulta ser un visionario que barrunta la reinvención de algo así como el comunismo democrático, que buena falta nos hace y que él, naturalmente, teme. Pero ¡cuidado! El comunismo democrático se demuestra andando.
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En la tele siempre hay muerte: muertes reales en las guerras, guerritas, hambrunas; muertes de ficción en las pelis y en las series: se mata y basta. Por no hablar de los jueguecitos informáticos, de eliminar marcianitos o lo que sea. No os hagáis ilusiones: ésta es hoy la educación para la ciudadanía.
Y los más merluzos de la prensa deportivon colaboran: sólo conocen las metáforas bélicas. Lo último que he oído: «Las guerreras del water-polo«. Los técnicos deportivos tampoco son mancos educativamente hablando: algunos ponen de manifiesto un belicoso androcentrismo; véase Ancelotti: «El fútbol no es un juego para señoritas»; u otro, Bilardo: «Al enemigo ni agua».
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Para evitar que tu hijo sea un niño maltratado por sus compañeros en el cole, un niño acosado, lo mejor es educarle para que no sea él un acosador o un maltratador.
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Adivinad en menos de cinco segundos si el siguiente titular de El País (2 de septiembre) es iluso, realmente estúpido o ambas cosas a la vez: «Pujol explicará su fraude en el Parlament a partir del 22 de septiembre«.
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Ya os dije una vez que la esperanza es una droga muy buena. Las drogas ayudan a sobrellevar el presente, y aunque hoy el presente es feo y no tiene ninguna gracia, las drogas parecen haber actuado en muchos estadios de la historia de la humanidad (por ejemplo, el alcohol, desde la historia de Noé; las hojas de coca que mascaban los trabajadores peruanos en las minas, etc.). Los humanos se drogan de un modo u otro, con una droga u otra. (Los Lobos Feroces, en cambio, lo hacemos con adrenalina.)
Ahora bien: ¿es la esperanza una ayuda para el cambio social? ¿Esa droga ayuda al cambio?. En mi opinión, no. Hay que abandonar toda esperanza. El cambio social vendrá más bien de la mano de la ira y de la desesperación. Siempre que la gente no haya de gastar toda su energía en ganarse el pan. Los seres humanos tienen solamente una vida, y si carecieran de esperanza no tolerarían tan fácilmente que se la expoliaran los explotadores y sus cómplices. No tolerarían que fuera una vida cada vez más coaccionada y restringida, y llena de fatiga y de dolor. No soportarían las bestiales desigualdades de hoy. Sin esperanza el mal del presente se detiene en el tiempo, salvo que los explotadores y sus cómplices lo lleven a peor.
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Cataluña, 11 de septiembre 2014:
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2014