¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Las tres bodas de Manolita
Tusquets,
Barcelona,
Un nuevo episodio de Almudena Grandes
J.R.C.
Esta tercera entrega de los «episodios de una guerra interminable» en que se ha embarcado a fondo la escritora en nada desdice, sino que acaso supera, la calidad literaria e histórica de los dos libros anteriores de la serie —hay que decir, para quien no los conozca, que pueden leerse cada uno con independencia de los demás y en cualquier orden, hasta ahora—. La capacidad para novelar de Almudena Grandes, a partir de hechos de la trágica vida real bajo aquel régimen canalla que hubo que sufrir, es, para este lector, tan alta como la de Galdós, y hasta ahora viene libre de los altibajos de los Episodios nacionales de este clásico. En los episodios de Almudena Grandes, que también serán un clásico, se aprecia muchísimo trabajo valioso, con la adopción de un punto de vista social que no desfallece en ningún momento. Se trata también de un libro escrito desde una gran sensibilidad, o desde una sensibilidad más universal que la masculina.
Las tres bodas de Manolita devoran al lector, que difícilmente puede dejar de crecer como persona (como está de moda decir ahora) con su lectura, y es, al mismo tiempo, un libro que se devora, que difícilmente se puede abandonar; la lectura se convierte en seguida en inaplazable, como ocurre sólo con algunos de los grandes libros.
La dolorosa crueldad de la materia narrativa no debe generar reticencias en el potencial lector: Almudena Grandes escribe desde la misma moral de resistencia de muchos de los personajes, creados a partir de la experiencia de personas reales que resistieron; esa admirable capacidad de empatía hace posible leer el libro con la esperanza y el ánimo que genera toda práctica de resistencia verdadera.
19 /
3 /
2014