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Ángel González

Esto no es nada

Si tuviésemos la fuerza suficiente 
para apretar como es debido un trozo de madera, 
sólo nos quedaría entre las manos 
un poco de tierra. 
Y si tuviésemos más fuerza todavía 
para presionar con toda la dureza 
esa tierra, sólo nos quedaría 
entre las manos un poco de agua. 
Y si fuese posible aún 
oprimir el agua, 
ya no nos quedaría entre las manos 
nada.

24 /

12 /

2013

La diferencia fundamental [de la cultura obrera] con la cultura de los intelectuales que tan odiosa me resultaba es el principio de modestia. El militante obrero, el representante obrero, aunque sea culto, es modesto porque, se podría decir, reconoce que existe la muerte, como la reconoce el pueblo. El pueblo sabe que uno muere. El intelectual es una especie de cretino grandilocuente que se empeña en no morirse, es un tipo que no se ha enterado que uno muere, e intenta ser célebre, hacerse un nombre, destacar… esas gilipolleces del intelectual que son el trasunto ideal de su pertenencia a la clase dominante.

Manuel Sacristán Luzón
M.A.R.X, p. 59

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