¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
María Rosa Borrás
Noticias sobre Pierre Bordieu
Pierre Bourdieu contribuyó poderosamente, con sus análisis y tomas de posición políticas, a la comprensión de los problemas sociales, políticos y culturales de nuestra época, así como a la configuración de líneas de fuerza, desde la izquierda alternativa, orientadas a construir un contrapoder en relación con el poder establecido, es decir, en relación con el dominio mental y la explotación material hegemónicos hoy. Basta recordar, de entre sus abundantes obras, títulos como La dominación masculina o La distinción. Cabe alegrarse, pues, de que su pensamiento continúe vivo y de que su labor crítica no caiga en saco roto, según dan a entender recientes noticias publicadas en Le Monde los días 21 de noviembre de 2003 y 30 de enero de 2004. Las resumo a continuación.
Remi Lenoir, actual director del Centro de Sociología Europea que dirigió Bourdieu, ha publicado Généalogie de la morale familiale (editorial Seuil), obra que continúa los estudios de sociología crítica atenta al análisis de los mecanismos del poder simbólico. Según su autor se trata de una historia social de las categorías inconscientes que sustentan y estructuran nuestros discursos sobre la familia, concebida como un punto de vista sobre el mundo y un instrumento de control social del que interesa entender los modos de institucionalización religiosos, jurídicos y sobre todo estatales.
También se mantiene la continuidad de la revista, fundada en 1975 por Bourdieu, Actes de la Recherche en Sciences Sociales gracias a un colectivo en el que participa el economista Jerôme Bourdieu, uno de los hijos del sociólogo fallecido. Y Remi Lenoir considera que esto no es casual, ya que no se trata de creer que es posible escapar totalmente al círculo familiar, y el hecho de que le suceda en la dirección uno de sus hijos tiene que ver con una herencia de cualidades transmitidas que ha permitido conciliar las diferencias entre investigadores, periodistas y militantes.
Por otra parte, Jacques Bouveresse acaba de publicar un estudio titulado Bourdieu, savant et politique (editorial Agone, 2004) del cual Le Monde Diplomatique de este mes de febrero reproduce un par de páginas relativas al tema de los medios de comunicación y los intelectuales. Conviene recordar que Jacques Bouveresse era amigo personal de Bourdieu, así como que es uno de los principales especialistas en Wittgenstein, autor a cuyo estudio ha dedicado más de treinta años y sobre el cual ha publicado varias obras de entre las cuales destaca, a mi entender, Wittgenstein et les sortilèges du langage (editorial Agon, 2003). Es un filósofo francés al que no cabe encuadrar en el estilo de los que han practicado la «levedad» en el pensar que permite hablar de todo y de nada. Con toda seguridad esa obra de Bouveresse sobre Bourdieu valdrá la pena leerla y contribuirá, con sus reflexiones y discusiones, no sólo a recuperar y mantener nuestra memoria de Bourdieu sino también a desarrollar y mejorar nuestra comprensión de sus ideas, así como a consolidar el patrimonio cultural y político de la izquierda contemporánea.
Otra publicación reciente en francés (en alemán la publicó en 2002 Suhrkamp) merece ser destacada: Esquisse pour une auto-analyse (editorial Raisons d’agir, 2004), obra breve y póstuma de Pierre Bourdieu en la que somete su propio itinerario de vida a las categorías sociológicas que le permitieron reflexionar sobre el mundo social, según lo enjuicia Jean Birnbaum en Le Monde, en una recensión que califica esta obra de densa, decisiva y fascinante porque despliega la contradicción de un sociólogo que señaló la «ilusión biográfica» y a su vez se sintió obligado a dar cuenta de su propio itinerario de investigación que incluye en el relato algo parecido a la historia de una vida.
Y finalmente creo que vale la pena incluir en esta breve crónica de la actualidad de Bourdieu, la continuidad de la asociación que él creara en 1995 Raisons d’agir, cuyo actual presidente es Frédéric Lebaron y que mantiene su línea editorial así como la red de asociaciones locales orientadas en contra de la política de la despolitización. Información sobre sus actividades y organización puede obtenerse en internet en la dirección www.homme-moderne.org/raisonsdagir-editions.
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2004