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Nada por Etiopía

Informe de Jubilee Research para nef [1]

Hace veinte años, en el lanzamiento de la campaña Live Aid, Bob Geldof aducía que «no hacer nada por Etiopía supondría ser cómplice de un asesinato». Este informe de Jubilee Research para nef («the new economics foundation») se ha elaborado en febrero de 2004, a los veinte años del Live Aid y pasado un año desde la peor sequía de la historia del país. Detalla el modo en que los acreedores del G7, tras haber prometido importantes medidas de alivio de la deuda, ahora ponen freno al desembolso de las ayudas y no hacen nada por Etiopía, a pesar de que, según los criterios exigidos y los compromisos adoptados por los estados en cuestión, el país tiene pleno derecho a estas ayudas. Nuestro argumento es que «no hacer nada por Etiopía» supondrá, una vez más, «ser cómplice de un asesinato». ¿Por qué? Porque, si se le deniega un alivio adicional de la deuda, el país tampoco recibirá otros mil millones de dólares y tendrá que destinar 35 millones al servicio de la deuda para pagar a unos acreedores mucho más ricos, dinero que de otro modo podría emplearse en hospitales, agua potable y saneamiento.

Introducción

A finales del 2003, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) juzgaron que Etiopía podía optar a un alivio adicional de la deuda («topping up») por valor de 700 millones de dólares. Esta medida es necesaria para que Etiopía pueda recuperar la sostenibilidad, según el BM, y optar así a préstamos adicionales por valor de mil millones de dólares. Si no se recibe este alivio, el gobierno deberá dedicar unos 35 millones de dólares más al servicio anual de la deuda a lo largo de los próximos 10 años. Concretamente, rebajando al 150% la actual relación deuda-exportaciones gracias al alivio adicional de la deuda, el coste anual del servicio de la deuda se reduciría, durante 10 años, en unos 35 millones de dólares.

Jubilee Research en nef cuenta con informaciones fidedignas según las cuales el alivio prometido es objeto ahora de maniobras de bloqueo y de retraso por parte de EE.UU. con el apoyo tácito de Alemania y Japón. Es un hecho particularmente irónico, ya que la Iniciativa PPME [2]. Reforzada fue en gran medida obra del gobierno alemán, que en la Cumbre del G-8 de Colonia en 1999 logró el apoyo de los demás países para conceder un alivio mucho más generoso de la deuda a países como Etiopía. La denegación de esta ayuda, a la que Etiopía tiene legítimo derecho, contrasta además con las generosas medidas de alivio de la deuda contempladas para Irak, cuyos ingresos futuros por exportaciones se proyectan en 35 veces los de Etiopía.

Ante nuestra insistencia en que aplique sus propias reglas y respete los compromisos asumidos, el Tesoro de los EE.UU. aduce la preocupación por la posibilidad de que la medida se pudiera convertir en una excusa para tomar más dinero prestado del Banco Mundial. «Nos preocupa que el BM se encuentre inmerso en un ciclo continuo de préstamos y condonaciones», afirmó un funcionario del Tesoro (FT, 12 de febrero de 2004). Nuestra réplica: Estados Unidos debería precisamente instar al banco a conceder más ayudas, tal como argumentó el presidente Bush en julio de 2001: «Las ayudas a fondo perdido son la solución a largo plazo al problema de la carga de la deuda de los países en vías de desarrollo (…) [Proponemos que] el 50% de los fondos suministrados por los bancos de desarrollo a los países más pobres estén en forma de ayudas a fondo perdido para la educación, sanidad, alimentación, suministro de agua, saneamiento y otras necesidades humanas» (BBC News).

La deuda de Etiopía no es sostenible

Según el FMI y el BM, para tener una economía sostenible Etiopía necesita un alivio adicional de la deuda por encima de las cantidades ya concedidas. Según los criterios sumamente exigentes de ambas instituciones, la deuda exterior de un país pobre se considera sostenible siempre que no supere el 150% de los ingresos anuales por exportaciones. Bajo los acuerdos actuales de alivio de la deuda, Etiopía superaría con creces esa cifra.

Para poder optar al alivio de la deuda, Etiopía se ha esforzado en cumplir con las duras exigencias económicas de los países acreedores, impuestas por el FMI y el BM, a lo largo del plazo estipulado de cinco años. Ahora, por fin, ha alcanzado el punto de culminación [3] del PPME Mejorado. Sin ese alivio adicional —esos 700 millones de dólares que se le prometieron y a los que ahora puede optar— tanto el BM como el FMI opinan que no podrá salir de su actual nivel insostenible de endeudamiento. Según sus proyecciones, si se le deniega ese alivio adicional, la deuda ascenderá al 220% de las exportaciones después del desembolso total del alivio de la deuda ya concedido: quedará 70 puntos porcentuales por encima del nivel considerado sostenible.

Según informaciones fidedignas recibidas por Jubilee Research en nef, a pesar de que el BM y el FMI finalizaron su Análisis de la Sostenibilidad de la Deuda de Etiopía ya en noviembre de 2003, se está demorando la publicación del documento oficial que culminaría el proceso para Etiopía debido a la oposición que plantean importantes accionistas de ambas instituciones, en particular EE.UU., Alemania y Japón. Los acreedores intentan obviar el marco del PPME y sobre todo soslayar el principio de concesión de un alivio adicional de la deuda a los países pobres en caso de crisis exógenas.

En otras palabras, dos de los acreedores más ricos del mundo intentan adoptar criterios arbitrarios para negarle a un país pequeño y muy pobre 700 millones de dólares en alivio de la deuda. Si se rechaza esta medida, el servicio de la deuda durante los próximos 10 años costará 35 millones de dólares más al año y, peor aún, el Banco Mundial no podrá desembolsar un nuevo préstamo, ya prometido, por valor de mil millones de dólares, ya que las reglas del PPME impiden prestar más dinero a países considerados insostenibles.

Ese alivio por valor de 700 millones incidiría de forma significativa en la economía etíope, ya que representaría casi el doble de los ingresos anuales por exportaciones. Reduciendo en 35 millones anuales el servicio de la deuda, mejoraría considerablemente el presupuesto estatal destinado a sanidad, enseñanza, abastecimiento de agua y otros servicios esenciales. Además, para que Etiopía pueda alcanzar sus Objetivos de Desarrollo para el Milenio —objetivos fijados por países acreedores como Alemania y EE.UU.— es urgente que lleguen pronto nuevos préstamos, ayudas y un alivio adicional de la deuda.

Etiopía: pobre y carente de valor

Como detallamos a continuación, Etiopía es uno de los países más pobres del mundo; sus indicadores de pobreza son mucho peores que los de EE.UU. o Alemania. Además, aunque las cifras de pobreza sean equiparables a las de Irak, las perspectivas económicas distan mucho de las iraquíes. A pesar de notables esfuerzos por cumplir con las condiciones estipuladas por sus acreedores, las crisis exógenas han afectado gravemente a la recuperación económica de Etiopía y han mermado su capacidad de servicio de la deuda. Los problemas exógenos surgidos son los siguientes:

  • El precio del principal producto de exportación, el café, ha caído en un 73% en los últimos veinte años, y el clima del continente parece empeorar cada año.
  • Hoy, al completarse el proceso previsto, los precios de exportación del café están muy por debajo de las proyecciones realizadas por el BM y el FMI en 2001, cuando se alcanzó el punto de decisión [4] del proceso PPME.
  • Al haberse desplomado los precios del café, el valor actual de la deuda etíope respecto a sus exportaciones ha aumentado en un 20%.
  • La sequía del 2003 fue una de las peores de la historia del país, y redujo enormemente la producción agrícola y las exportaciones, amén de imponer la importación de grandes cantidades de alimentos.
  • Asimismo, la caída internacional de los tipos de interés ha encarecido la deuda de Etiopía. Esto se debe a que su valor actual se calcula sumando los pagos futuros y descontándolos según un tipo de interés determinado. El BM usa un tipo arbitrario, el promedio de los tipos más recientes, para calcular el valor (neto actual) de la deuda. Los tipos de interés han bajado en los últimos seis meses; por lo tanto, al descontarse los pagos futuros a unos tipos de interés más bajos que los aplicados, ha aumentado el valor (neto actual) de la deuda.
  • La caída del dólar también empeora la situación, ya que el valor de las exportaciones del país (cifradas en dólares) ha disminuido a la par que aumentaba el valor de la deuda (cifrada en monedas distintas del dólar).

Etiopía frente a sus acreedores

Etiopía tiene casi setenta millones de habitantes. Casi la mitad, el 44%, vive por debajo del umbral de pobreza.

  • El PIB per cápita es de sólo 89 dólares al año, frente a los 36.300 de EE.UU. o los 26.200 de Alemania [5].
  • A pesar del crecimiento reciente, el PIB total sigue por debajo de la cifra alcanzada a principios de los noventa.
  • Etiopía está casi en la cola del ranking de desarrollo humano del PNUD: ocupa el puesto 169 de un total de 175 [6].
  • La esperanza de vida al nacer es de 42 años, frente a un promedio de 46 en el resto del África subsahariana, 77 en EE.UU. y 78,5 en Alemania [7].
  • La mortalidad infantil es de 116, frente a 6,7 en EE.UU. y 4,2 en Alemania.
  • Incluso para los supervivientes, la vida en Etiopía es una lucha diaria.
  • El 47% de los menores de 5 años sufren desnutrición, frente al 1% en EE.UU. [8].
  • Etiopía es el tercer país del mundo en número de infectados por VIH/SIDA.
  • Sólo el 24% de la población etíope tiene acceso al agua, un servicio universal en EE.UU. y Alemania.

Contraste de las actitudes frente a Irak y Etiopía

Mientras intentan obstaculizar la concesión de menos de mil millones adicionales en alivio de la deuda para Etiopía, los acreedores alemanes y estadounidenses se han esmerado muchísimo en conseguir la legitimación internacional de la cancelación de la deuda iraquí. Las cifras oficiales no son fiables, pero se sitúa entre los 120.000 y los 200.000 millones de dólares. Aunque el PIB per cápita (2.400 dólares [9]) es muy superior al de Etiopía, otros indicadores de pobreza arrojan cifras muy parecidas; por ejemplo, el 32% de la infancia está desnutrida [10], y la mortalidad infantil es de 107, una cifra muy ligeramente inferior a la etíope.

De todos modos, la diferencia más radical entre estos dos países pobres estriba en sus perspectivas económicas. Según datos de la agencia Forbes:

  • Los ingresos del petróleo irakí podrían ascender a 16.600 millones de dólares en el 2004.
  • En el 2005, las proyecciones apuntan a 21.100 millones.

En otras palabras, los ingresos por petróleo en el 2003 se proyectan en un valor que triplica el PIB de Etiopía en el 2002 y supera 35 veces el valor de sus exportaciones en ese año. Las previsiones de The Economist Intelligence Unit apuntan a un ritmo anual de crecimiento del PIB iraquí de entre el 15% y el 18% entre el 2000 y el 2004.

Conclusión

El doble rasero que aplican los acreedores occidentales a estos dos países deudores revela que el alivio de la deuda ya no cumple la serie de criterios establecidos por la comunidad internacional en el PPME, sino que está sujeto a consideraciones geopolíticas arbitrarias. Instamos a la comunidad internacional a cumplir con los compromisos asumidos en junio del 2003 en Colonia bajo el liderazgo del canciller alemán Gerhard Schroeder: ampliar y profundizar el alivio de la deuda para países como Etiopía. Por último, instamos a los ministros de finanzas del G8 y a los accionistas del IFI a cumplir con el compromiso que asumieron de incrementar el alivio de la deuda cuando un país deudor estuviera afectado por una crisis exógena.

Notas

[1] Informe publicado el 5 de febrero de 2004 por Jubilee Research para nef (the new economics foundation). nef es una organización benéfica registrada, fundada en 1986 por los líderes de La Otra Cumbre Económica (TOES), que logró imponer temas como la deuda exterior en el orden del día de las cumbres G7/G8.
[2] Bajo la iniciativa PPME, fundada en 1986, los líderes de los países ricos —y las instituciones internacionales por ellos controladas— se comprometieron a cancelar parcialmente la deuda en el contexto de una iniciativa integral que debía asegurar una «salida duradera» de la situación insostenible de endeudamiento de 42 países pobres muy endeudados (PPME). En 1999, la iniciativa se «reforzó» con una serie de objetivos adicionales: «salir permanentemente» de la reprogramación de la deuda, fomentar el crecimiento, y liberar recursos para aumentar el gasto social en los países deudores.
[3] El punto de culminación es el estadio final de la iniciativa PPME, en que la deuda se cancela de forma irrevocable.
[4] En el punto de decisión, los acreedores se comprometen a cancelar la deuda y se proporciona un cierto alivio del servicio de la deuda.
[5] The World Factbook, CIA.
[6] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
[7] The World Factbook, CIA.
[8] The World Factbook, CIA.
[9] The World Factbook, CIA, previsiones para el 2002.
[10] http://www.unicef.org/publications/pub_children_of_iraq_en.pdf.

3 /

2004

La política electoral, si bien no debe desestimarse, no puede ubicarse en el centro de ninguna acción política radical seria, orientada a cambiar las instituciones que sustentan el sistema político, desmantelar las ideologías hegemónicas y fomentar el tipo de conciencia de masas en que habría de basarse un cambio social y político desesperadamente necesario.

Noam Chomsky
The Precipice (2021)

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