¿Cómo viven los vivos con los muertos? Hasta que el capitalismo deshumanizó a la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de la muerte. Era su futuro final. Los vivos eran en sí mismo incompletos. De esa forma vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Sólo una forma de egotismo extraordinariamente moderna rompió esa interdependencia. Con consecuencias desastrosas para los vivos, ahora pensamos en los muertos en términos de los eliminados.
Ciudades rebeldes
Akal,
Madrid,
238 págs.
Elena Casanovas
Cuando un gobierno obedece a intereses privados en vez de a la voluntad de sus ciudadanos, la calidad de vida se convierte en una mercancía accesible sólo para quién pueda pagársela y el disfrute del espacio urbano se subordina a las necesidades del negocio. Así, surgen lugares en los que mansiones de lujo se alzan a poca distancia de barriadas de favelas o donde los ciudadanos se ven privados de sus servicios públicos tras ser abandonados en la bancarrota por unos inversores que ya no ganan lo suficiente empleándolos en sus fábricas. Este es el escenario del que parte David Harvey (1935, Gillingham, Kent, Inglaterra) para examinar la relación entre el sistema capitalista actual y el proceso de urbanización, y cómo los movimientos sociales metropolitanos pueden transformar esta realidad y con ello el modelo socioeconómico en su conjunto.
En Ciudades rebeldes: del derecho a la ciudad a la revolución urbana, Harvey recicla algunos de sus artículos en un libro con el que proporciona cobertura teórica y aliento a unas abstractas “fuerzas de oposición” anticapitalistas y de extracción urbana, a las que considera capaces de oponerse al proceso de “destrucción y apropiación” de la ciudad por parte del capital. Con el “derecho a la ciudad” como bandera, apuesta por la reconquista de los “bienes públicos comunes” como vía para construir una alternativa anticapitalista que trascienda las cuestiones urbanas concretas y frene la generación de pobreza, desigualdad y degradación medioambiental propia del neoliberalismo. Son, por tanto, las ciudades, el espacio donde tiene lugar tanto una clara ofensiva del capital contra lo público como la posibilidad de organizar la lucha ciudadana en forma de movimientos sociales de base que peleen por la democratización de la vida en común y la preservación de la ciudad “como bien político, social y vital”.
Tras más de dos años marcados por las protestas en plazas y calles de buena parte del mundo, Harvey pone parte de su bagaje intelectual a disposición de “los movimientos sociales urbanos” sin que ello implique analizar críticamente qué son o qué pretenden. Su libro les otorga potencial revolucionario sin establecer diferencias ente ellos ni indagar en sus posibilidades de actuación. Ciudades rebeldes es, en gran medida, un compendio de artículos independientes e inconexos en el que se hace un análisis coherente pero fragmentario del impacto del capitalismo en la vida urbana. Sus profundizaciones versan sobre cuestiones concretas sin que ello genere una imagen global del fenómeno. El autor reitera su compromiso con la lucha anticapitalista en un libro útil por los argumentos que puede aportar pero que no se suma a la larga lista de trabajos que hacen de David Harvey uno de los teóricos más influyentes de la actualidad.
29 /
8 /
2013